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La presidenta del Govern, Francina Armengol, y el vicepresidente y conseller de Transición Energética, Sectores Productivos y Memoria Democrática, Juan Pedro Yllanes, han presidido este jueves un acto de entrega del certificado de víctimas del franquismo a los familiares de 19 víctimas de la represión en Baleares. Se trata, según ha detallado el Ejecutivo en una nota de prensa, de Andreu Salom Lladó, Antoni Cànaves Bizáñez, Castor Delgado Moya, Caterina Sala Torres, Climent Serra Servera, Dolores Abad Ramos, Francisca Serra Servera, Jaume Bauzá Far, Jaume Nadal Bosch, Jaume Nadal Ensenyat, Joana Aina Simonet Riera, Juan Ferreres Freixas, Margalida Bosch Bestard, Maria Nicolau Sorell, Pablo Ferrer Madariaga, Pere Josep Cànaves Bizáñez, Pere Nicolau Sorell, Sebastià Nicolau Sorell y Simó Fullana Font.

La entrega ha tenido lugar en un acto de homenaje y reconocimiento institucional llevado a cabo en el Consolat de Mar, conducido por el director general de Memoria Democrática del Govern, Marc Andreu Herrera, y que también ha contado con la participación del secretario autonómico de Sectores Productivos y Memoria Democrática, Jesús Jurado, y de la presidenta de la asociación Memoria de Mallorca, Maria Antònia Oliver.

El certificado de víctimas del franquismo es un documento oficial firmado por las máximas autoridades del Govern que la Dirección General de Memoria Democrática entrega a las familias de todas las víctimas de la represión franquista que así lo solicitan, con el objetivo de reconocer a las víctimas del franquismo como víctimas de violaciones de derechos humanos, y poner encima de la mesa las graves injusticias sufridas por sus familiares.

El primero de estos certificados se entregó en enero de 2021 a la familia de la activista sindical y política Juana Baño, los restos de la cual fueron identificadas en 2018 en la exhumación de la fosa de Calvià (Mallorca). Desde entonces, el Ejecutivo balear ha entregado un total de 215 certificados de víctimas del franquismo.

Armengol ha hecho hincapié en que el certificado es un reconocimiento «a un dolor, a una historia vivida, a un sufrimiento enorme y absolutamente injustificado e injustificable desde todos los puntos de vista». La presidenta del Govern ha admitido que «se tiene que seguir pidiendo perdón a las víctimas porque se ha llegado tarde» y muchas de las víctimas no han podido vivir el reconocimiento en primera persona.

Por su parte, la presidenta de la asociación Memoria de Mallorca, Maria Antònia Oliver, ha resaltado la importancia de contar con el apoyo de las instituciones para impulsar las demandas. «No vamos solos por la calle, que está muy bien hacer concentraciones y esperamos que esta legislatura no las tengamos que hacer como las hacíamos antes, pero tener a las instituciones normaliza el movimiento de la memoria. No somos cuatro locas, tenemos a las instituciones con nosotros», ha señalado.