Imagen de la reunión de la Mesa del Parlament que ha tenido lugar este martes. | Jaume Morey

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La bandera LGTBI no colgará este año de la fachada del Parlament después de años en los que sí lo ha hecho. Ha sido la primera decisión de la nueva Mesa de la Cámara, que se ha reunido este martes por primera vez tras su constitución la semana pasada. Los representantes de PP y Vox, con mayoría en este organismo, han votado en contra de que la bandera ondee este año en la sede del Parlament.

PSIB y Més habían registrado dos peticiones en este sentido, pero las dos han sido rechazadas por la Mesa. El portavoz adjunto del PSIB, Marc Pons, ha denunciado la «deriva ultra» de los dos partidos y ha lamentado que el PP se someta a las exigencias de Vox desde el primer momento y desde la primera toma de decisiones.

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Pons ha recordado que el Parlament colgaba cada año la bandera «con la voluntad de reconocimiento de una realidad de la sociedad» y para dar voz al colectivo LGTBI. «El PP rompe una dinámica que se había aplicado estos años y para, desde el acuerdo entre todos, participar en la visualización del colectivo LGTBI», ha denunciado. «El PP debe explicar este cambio de postura y por que su hasta ahora defendía estos planteamientos, hoy ha decidido tomar una decisión diferente», ha añadido.

«Entendemos que quien marca postulados y quien fija las líneas políticas de este Govern es Vox», ha sentenciado. «La decisión que se toma, la primera, y por lo tanto de un gran cariz simbólico, demuestra eso: el cambio de postura de un PP en una realidad muy evidente«. Ha asegurado que la postura del PSIB ha sido rotunda en contra de esta decisión y ha pedido al PP que no se deje llevar «por esta deriva ultraconservadora".

«Sólo están demostrando el seguimiento de las políticas de Vox», ha señalado. Ha criticado que aun no se conozca el pacto «ni la negociación que nadie está explicando», y ha opinado que no está siendo tanto «un reparto de sillas» como «la profundidad» de las políticas que se quieren aplicar. «Estas medidas van hacia una España mucho más casposa, mucho más antigua y que pretende invisibilizar derechos y libertades de una sociedad como la balear que es diversa», ha lamentado