Imagen de archivo del cementerio judío de Santa Eugènia. | Comunidad Judía de Baleares

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Santa Eugènia alberga desde mediados de los años sesenta un cementerio judío, el único de estas características en Baleares. En él están enterrados 80 personas de la Comunidad Judía de Baleares, institución que adquirió los terrenos y promovió las obras hasta su inauguración en 1975.

Comunidades judías de la Península y de otros países de Europa han manifestado a la Comunidad Judía de Baleares, su interés por alcanzar algún tipo de acuerdo que permita enterrar a sus fieles en la Isla. Así lo confirma el presidente de la Comunidad Judía de Mallorca, Ari Molina, que avisa no obstante de que no se ha adoptado ninguna decisión firme al respecto. «Hasta ahora solo ha habido algunas consultas y conversaciones», explica.

¿Por qué la Comunidad Judía de Baleares eligió Santa Eugènia para construir su cementerio? Molina recuerda que fue «por la sencilla razón de que allí los solares estaban a buen precio». «Hablamos del año 1975 cuando los precios eran más asequibles en la Part Forana. La comunidad compró los terrenos situados junto al cementerio municipal, tramitó la licencia e hizo las obras. Inicialmente era como un anexo del cementerio cristiano pero actualmente es independiente», señala.

Los ritos funerarios del judaísmo son distintos a los de otras religiones como la cristiana. «Siempre enterramos en tierra, no en nichos. No hay nada hormigonado y los ataúdes también tienen una especial configuración. Todos son prácticamente iguales con independencia de la situación económica en la que se encuentren las familias», relata el presidente de la Comunidad Judía

«En la época en la que se construyó el cementerio se hacía allí el lavado del cuerpo y la vestidura ritual que no tenían un fácil encaje en un cementerio municipal. Desde la COVID ya no se hace en el cementerio. Durante la pandemia estuvimos haciéndolo en el tanatorio de Son Valentí por cuestiones sanitarias y hemos continuado haciéndolo allí», dice Molina.

Explica que en estos momentos «hay unas ochenta personas enterradas y aún tiene capacidad». «Hemos tenido contactos con cementerios europeos muy saturados que nos han llamado por si pudiéramos firmar algún tipo de convenio para enterrar aquí pero no se ha llegado a concretar nada», relata el presidente de la Comunidad Judía en Baleares.

A diferencia de lo que ocurre con los cementerios municipales de Mallorca en el cementerio de Santa Eugenia todo el conjunto es propiedad de la Comunidad Judía de modo que no hay concesiones temporales y no se realizan exhumaciones pasados diez años. «Cada uno aporta una cantidad para el entierro pero la propiedad es de la comunidad», dice Molina. El primer entierro data del año 1977.

La fisonomía del cementerio judío destaca por la ausencia de hormigón y también puede apreciarse simbología propia como la estrella de David. Todas son tumbas individuales dado que los cuerpos siempre deben estar en contacto con la tierra.