El lotero Pep Alemany de la administración de Porta Pintada, en Palma. | M. À. Cañellas -

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Este viernes es el gran día para que la vida los españoles más afortunados cambie significativamente. Vuelve el sorteo de Navidad y vuelve la ilusión de la mano de los niños de San Ildefonso, sin embargo en Baleares la esperanza de que la suerte acompañe es menor que en el resto del Estado. Los ciudadanos de las Islas apenas invierten 41,6 euros en la Lotería de Navidad. Son los que menos dinero le destinan, muy por debajo de la media nacional, cifrada en 71,67 euros.

Y es que «cuando la gente no tiene dinero no compra, es un gasto que se suprime porque no es prioritario, no es una barra de pan», dice Pep Alemany que regenta la Administración de Porta Pintada, en Palma. Asegura que los últimos años se vende menos sin embargo es optimista, pues este 2023 «han comprado algo más que el año pasado y todavía me queda por hacer números», dice.

No sólo eso, este jueves también es día hábil para adquirir el número con el que no contábamos. Los favoritos, dice, son los acabados en 13 y 15 pero «cada uno tiene sus manías con fechas especiales que han soñado o de un nacimiento». Las colas del ‘último minuto’ suelen ser largas, así pues la expectativa es que las ventas todavía mejoren.

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Hay que tener en cuenta, recuerda Alemany que aunque se juegue poco «últimamente hemos dado premios importantes», señala un Euromillón vendido en Lloseta. Si bien el Gordo suele pasar de largo, «ahora ya toca».

En las administraciones del centro es habitual que las ventas se repartan también entre turistas nacionales «sobre todo del Imserso», este año, además, «hemos tenido muchos extranjeros, alemanes», añade.

Quien así lo quiera sigue a tiempo de hacer su apuesta para que la suerte le acompañe en el sorteo más popular del calendario y quien prefiera dejar de invertir siempre puede tirar de rituales para ganar en efectividad, o al menos intentarlo. Además de buscar el número favorito, es costumbre frotar el décimo por la barriga de una embarazada, la cabeza de un calvo o la chepa de un jorobado. Aunque los hay que colocan una moneda de oro junto al boleto por si acaso atraen así a la diosa Fortuna. En cualquier caso, si se comparte el décimo lo más importante es documentar quiénes son los copropietarios no vaya ser que se gane un premio y se pierda a un amigo.