La filóloga Maria Mesquida se dirige a la treintena de alumnos de Psicología (materia optativa) de 2º de Bachillerato del IES Madina Mayurqa en la última sesión del taller de biblioterapia. | M. À. Cañellas

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En el marco de su tesis doctoral sobre los usos terapéuticos de la literatura, la filóloga Maria Mesquida ha impartido seis sesiones de un taller de biblioterapia para una treintena de alumnos de Psicología (materia optativa) de 2º de Bachillerato en el IES Madina Mayurqa, de Palma. Realmente, Mesquida desarrolla en su tesis la biblioterapia (es decir, leer y escribir, consumir y producir literatura) para adultos, concretamente en colectivos con trastornos de personalidad y en otros sin nigún tipo de diagnóstico. La experiencia en el IES Madina Mayurqa es una derivada de esta técnica que, en principio, no se incluirá en la tesis.

Según explica Mesquida, «la idea es proporcionar bienestar y salud mental y emocional, y un espacio de expresión, a estos grupos de personas, para que puedan gestionar emociones y conductas a partir de las necesidades que hemos detectado inicialmente. Todo ello, mediante una literatura escogida especialmente en función de esas necesidades».

En el caso concreto del IES Madina Mayurqa, el taller se ha realizado, entre otras, con lecturas de textos de Virginia Woolf, Montserrat Roig, de la propia Mesquida y con letras de canciones. La doctoranda señala que «a partir de un cuestionario inicial, se detectaron las necesidades del grupo, que en este caso se relacionaban con la ansiedad -en estos chicos, conectada directamente con su próxima selectividad-, la frustración y las dificultades con la autoestima y la aceptación de la propia imagen. A través de la literatura, conseguimos que los alumnos reflexionen sobre su propia identidad. La verdad es que, inicialmente, tenían miedo a expresarse y se mostraban un tanto cohibidos a la hora de mostrarse ante el grupo».

Los alumnos atienden las indicaciones de Maria Mesquida. | M. À. Cañellas
Los alumnos atienden las indicaciones de Maria Mesquida. | M. À. Cañellas

En su última sesión del taller, Mesquida convocó a los alumnos a que cada uno se imaginase cómo será en 2029 y que ese yo del futuro escribiese una carta al yo del presente.

Para la filóloga, «lo ideal sería que la biblioterapia se aplicase de manera generalizada en una labor coordinada entre los profesionales sanitarios y los expertos en literatura. La biblioterapia puede ser un activo de salud en prevención y tratamiento de patologías, y en intervenciones sociales. En realidad, puede aplicarse a cualquier colectivo».

Finalmente, Maria Mesquida indica que «aquí vamos un tanto atrasados en cuanto a estas técnicas. En los años 50 del pasado siglo, en Estados Unidos ya había bibliografía, tesis doctorales y estudios sobre esta cuestión. La literatura va más allá de estudiar autores y lingüística. Tiene la capacidad de salir de sí misma y tener usos terapéuticos».