Marta Bibiloni, enfermera de ALAS Baleares. | Jaume Morey

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Hace unas semanas se conocía la noticia de la escalada de casos de sífilis en Estados Unidos, así como de positivos de sífilis congénita, es decir, cuando una mujer embarazada contagia la Enfermedad de Transmisión Sexual (ETS) a su bebé. A nivel europeo, los últimos datos ofrecidos por la European Centre for Disease Prevention and Control (ECDC) indican que en 2021 hubo 25.270 casos notificados, de los que 5.277 eran en España. Con una tasa del 11,1 por cada 100.000 habitantes, somos de los que más positivos registran. Sin embargo, según el Ministerio de Sanidad y la Conselleria de Salud, en 2022 solo hubo dos casos de sífilis congénita, uno de ellos en Palma. La enfermera de ALAS Baleares, Marta Bibiloni, asegura no habrá repunte «mientras tengamos una atención universal».

«En EEUU no existe una atención universal de salud, así que es probable que cuando la madre ya ha tenido al bebé no se hayan llevado a cabo controles y sea demasiado tarde», dice Bibiloni. En cambio, en España «toda mujer embarazada, de las primeras pruebas que se hace es una serología de VIH, sífilis y hepatitis, porque son infecciones que si se detectan durante el embarazo evita que se puedan transmitir al hijo», continúa. Si no se efectúan estas pruebas y se tiene la enfermedad puede que se produzca un aborto o provocar problemas graves de salud para el bebé como sordera o fallos hepáticos. Bibiloni considera que los dos casos notificados «debieron ser personas que no tuvieron control durante la gestación, ya que incluso a veces se repiten las pruebas al principio y el final del mismo» dependiendo de la actividad sexual de las madres.

Aunque es casi imposible que se repita el escenario estadounidense a nivel nacional, en cuanto a sífilis congénita, el resto de ETS ha experimentado un incremento considerable en los últimos tiempos. De hecho, los datos ministeriales de 2022 sitúan a Baleares como la cuarta Comunidad con las tasas más altas de gonorrea (48,61 por 100.000 hab.) y de sífilis (24,67 por 100.000 hab.). Cabe destacar que en el caso de la clamidia no se dispone de datos regionales puesto que es no es una infección de declaración obligatoria en el archipiélago, aunque se sabe que hubo 26.507 casos notificados a nivel nacional, también en 2022.

El motivo por el que existe mayor incidencia en ETS es multifactorial, pero Bibiloni señala el aumento de los cribados como uno de los principales: «El hecho de que los hombres se hagan test con mayor frecuencia ha hecho que aumenten los casos, lógicamente». También el hecho de que existan centros como CAITS, «porque las mujeres sí tenemos que ir al ginecólogo cada año pero los hombres no tenían a donde ir a testearse», así como «que exista la PrEP», añade. La profilaxis prexposición (PrEP), es un tratamiento financiado por la Seguridad Social que evita la transmisión del VIH. «Al ser un tratamiento profiláctico la persona que lo toma se somete a controles con frecuencia, entonces, si tiene otra infección se detecta rápidamente», dice Bibiloni.

Por otro lado, la enfermera remarca el «claro desconocimiento» que hay sobre cómo se transmiten las ETS como otro de los factores: «Muchas se pueden contraer con sexo oral, de hecho se puede detectar clamidia y gonorrea en la garganta y la sífilis, es más raro pero, se puede transmitir por un beso. La gente hace buen uso del preservativo para la penetración pero nunca para el sexo oral».

Las cifras

ALAS Baleares no notifica casos, solo hace srcreenings y si estos dan positivo se remite al paciente a CAITS para que se le repita la prueba y se le de tratamiento, si lo requiere. Desde junio de 2023 hacen PCR, prueba más recomendable en cuanto a precio y fiabilidad, para detectar gonorrea y clamidia. Desde este verano la entidad ha detectado 21 casos de gonorrea y 20 de clamidia de las 167 pruebas que ha realizado en total. En cuanto a la sífilis, en 2023 la entidad ha llevado a cabo 649 cribados, de los cuales 66 han dado positivo. De estos, en 54 de las ocasiones se trataba de personas que ya habían sido tratadas de la infección con anterioridad, mientras que 12 fueron diagnosticadas por primera vez. Finalmente, se confirmaron nueve casos de los 54 reincidentes, haciendo un total de 21 casos reales.

En relación al VIH, se observa un claro descenso: «Todavía no podemos decir si es por la PrEP, porque tienen que pasar más años para poder medir su impacto positivo, aunque yo creo que sí, porque la toma gente que no hacía un buen uso del preservativo», dice Bibiloni. De las 621 pruebas que ha realizado ALAS durante el año pasado solo ha habido dos casos positivos. También se realizaron 190 pruebas de Hepatitis C (VHC), de las que se confirmaron dos positivos.

El incremento de casos positivos no tiene por qué significar mayor irresponsabilidad, al contrario. Bajo el punto de vista de la facultativa «la gente es más responsable y se testea más». En ALAS atienden en el 70% de los casos a hombres gais y bisexuales, pero también tratan con mujeres cis y trans heterosexuales que ejercen la prostitución: «Son las que yo diría que más cuidan su salud sexual». Por otra parte, también acuden a la entidad personas heterosexuales con pareja que «vienen con un desconocimiento enorme porque creen que ‘todo esto’ no va con ellos. Tienen una percepción menor de riesgo porque están menos expuestos al ser una población más monógama. Para poder frenar la incidencia, Bibiloni apunta hacia la desestigmatización de las ETS y la normalización de los chequeos, si se tiene una vida sexual activa.