Imagen del pleno del Parlamento Europeo. | Real Instituto Elcano

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El Parlamento Europeo es la institución que representa directamente a todos los ciudadanos de la Unión Europea, que eligen a sus miembros cada cinco años por sufragio universal directo. Los eurodiputados velan por los intereses de la ciudadanía, garantizan el funcionamiento democrático de otras instituciones de la UE y promueven los derechos humanos dentro y fuera de la Unión.

El Parlamento Europeo constituye uno de los tres pilares de la arquitectura institucional de la Unión Europea, junto al Consejo de la Unión Europea, que representa los intereses de los Estados miembros, y la Comisión Europea, que vela por el interés general de la Unión y la aplicación de los tratados comunitarios. El Parlamento tiene tres sedes. La oficial se encuentra en Estrasburgo (Francia); ya en Bruselas (Bélgica) se llevan a cabo la mayor parte de las actividades de las comisiones parlamentarias, y en Luxemburgo se ubica la sede de la Secretaría General.

Los diferentes tratados europeos han ido incrementando los poderes del Parlamento, que se ha convertido en un actor clave en el establecimiento de la dirección hacia la que se orienta el proyecto europeo. Las funciones principales del Parlamento son, a nivel leguslativo, la aprobación de la legislación de la Unión Europea, junto con el Consejo de la Unión Europea, o la revisión del programa de trabajo de la Comisión Europea y petición de propuestas de legislación a la misma.

A escala presupuestaria, le compete el establecimiento, junto con el Consejo, del presupuesto anual de la Unión, junto a la aprobación del marco financiero a largo plazo (Marco Financiero Plurianual). También desarrolla una serie de funciones de supervisión, como el control democrático de las instituciones de la Unión Europea, la elección de la presidencia de la Comisión y la aprobación del Colegio de Comisarios en su conjunto, o también puede retirar la confianza a la Comisión a través de una moción de censura. El Parlamento desempeña otras funciones de gran calado, como puede ser decidir sobre las ampliaciones de la Unión Europea y en referencia a determinados acuerdos internacionales, de la misma manera que cooperar con los parlamentos nacionales en materia de asuntos europeos.

El Parlamento está formado por un máximo de 751 representantes de los ciudadanos de la Unión -incluyendo al presidente o presidenta-, elegidos a través de sufragio directo por todos los votantes de la Unión Europea para una legislatura de 5 años. El número de eurodiputados que se elige en cada país es aproximadamente proporcional a su población, pero siguiendo una proporcionalidad decreciente: ningún país puede tener más de 96 eurodiputados ni menos de 6. Esto implica que los estados miembros más poblados aceptan estar infrarrepresentados para favorecer una mayor representación de los estados menos poblados.

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En la legislatura que termina en 2024, el número de eurodiputados ha sido de 705, aunque de cara a las elecciones del próximo 9 de junio, el número de escaños aumenta a 720 para reflejar los cambios demográficos registrados desde las elecciones de 2019. A España le corresponden 2 de los nuevos 15 escaños.

Los eurodiputados no se agrupan por nacionalidades, sino por afinidades políticas. Cada grupo deber estar formado por diputados elegidos en al menos un cuarto de los estados miembros y contar con un mínimo de 25 diputados. Los parlamentarios eligen a uno de los miembros del Parlamento como presidente o presidenta por un período de dos años y medio renovable. Representa al Parlamento ante las demás instituciones de la UE y de cara al exterior y supervisa los debates de los plenos. Los diputados eligen también a 14 vicepresidentes o vicepresidentas.

El Parlamento Europeo no legisla de manera unilateral, pues las normas europeas nacen de la colaboración entre Comisión, Parlamento y Consejo de la Unión Europea. A la primera corresponde la iniciativa legislativa, y redacta las propuestas de nueva legislación comunitaria. El Parlamento y el Consejo son los responsables de aprobar dichas propuestas, enmendarlas o rechazarlas. Habitualmente estas dos instituciones operan en pie de igualdad, pero según la materia uno puede tener un mayor papel que el otro en el proceso.

En el Parlamento, la legislación se prepara en las comisiones, cada una de las cuales se ocupa de un ámbito determinado. Las comisiones examinan las propuestas de legislación, y los eurodiputados y los grupos políticos pueden presentar enmiendas o proponer el rechazo de un proyecto. La legislación se aprueba en las sesiones plenarias. En ellas, todos los diputados se reúnen para debatir y realizar la votación final de la norma propuesta y de sus modificaciones. Normalmente, los plenos se celebran en Estrasburgo durante cuatro días al mes, aunque a veces hay sesiones adicionales en Bruselas.

La ciudadanía y las organizaciones radicadas en la Unión Europea tienen derecho a trasladar sus quejas, reclamaciones o solicitudes al Parlamento Europeo sobre asuntos que les afecten directamente y estén en el ámbito de actividad de la Unión Europea. Además, si alguien considera que ha recibido un trato indebido por parte de alguna institución europea, puede ponerse en contacto con el Defensor del Pueblo Europeo. La ciudadanía puede también plantear sus iniciativas para la legislación europea. Las instituciones están obligadas a estudiar todas las iniciativas que reúnan más de un millón de firmas de al menos siete países de la UE.