El catedrático Àlvar Agustí fue jefe del Servicio de Neumología en Son Dureta durante 18 años, entre 1991 y 2009. | JUERGEN WERNER PHOTODESIGN

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Àlvar Agustí García-Navarro (Barcelona, 1956), catedrático de Medicina en la Universitat de Barcelona, ofrecerá este martes a las 19.00 horas la conferencia GETomics: una breu història del temps, organizada por la Reial Acadèmia de Medicina de les Illes Balears. La sesión científica tendrá lugar en la sede de la entidad, en la calle Can Campaner, número 4. Agustí fue jefe del Servicio de Neumología de Son Dureta entre 1991 y 2009.

¿Qué es GETomics?
—Tradicionalmente, ha existido el concepto GEnomics para referirse a la combinación y la interacción de la carga genética -G- y los factores ambientales y del entorno -E- para explicar las enfermedades humanas. Sin embargo, ha aparecido un nuevo concepto, GETomics, que incorpora la T de tiempo, la edad. Por ejemplo, en una infección, no es la misma su afectación a un niño que a un anciano. Lo hemos visto recientemente con la COVID-19, con una mínima incidencia en niños y una alta mortalidad entre las personas mayores. Los niños desarrollan su sistema inmunitario, mientras que baja en las personas mayores. Un ejemplo: históricamente, el virus respiratorio sincitial (VRS) ha sido relacionado con niños y la bronquiolitis, causa de muchas urgencias pediátricas. La tecnología ha descubierto recientemente que muchos adultos tienen VRS. Si un niño se rompe un brazo, en diez días puede ir al colegio. Si me lo rompo yo, necesitaré tres meses de rehabilitación. El tiempo importa, no todo son virus y genes.

¿Eso nos lleva a nuevos planteamientos sanitarios respecto a las personas mayores?
—Sí, se trata de conseguir una vejez saludable a través de vacunas, ejercicio, control de la dieta y no fumar. No podemos evitar el envejecimiento, pero la prevención y el diagnóstico precoz pueden contribuir a esa vejez saludable. Y los fármacos pueden conseguir un sistema inmunológico fortalecido.

El debate se ha puesto muchas veces sobre la mesa, aunque sea políticamente incorrecto. Aumentar la esperanza de vida es un éxito, pero tiene un coste económico.
—Si en el futuro se logra llegar a los 150 años de edad, ¿será sostenible para la sociedad? ¿Quién pagará las pensiones? En efecto, es un debate políticamente incorrecto, pero alcanza los ámbitos político, económico filosófico, ético e incluso religioso. Nuestra esperanza de vida es un éxito, pero es un éxito caro.

Y otro debate es el de aspirar a una larga vida, pero siempre que sea con calidad.
—Sí, porque si vives muchos años, tienes más tiempo para contraer enfermedades. Y otra cuestión se refiere a casos que conocemos todos: personas muy mayores que tienen como cuidadores a personas que también son mayores. He conocido recientemente el caso de una mujer de 92 años muy bien atendida por su hija, pero, claro, su hija tiene 72 años.

Esos casos son muy frecuentes entre matrimonios o parejas mayores. Uno de ellos tiene una enfermedad y su pareja tiene que cuidarle, cuando a lo mejor no tiene la capacidad física ni psicológica. ¿Hay que exigirle a una persona mayor que cuide de su pareja si ésta está enferma?
—La respuesta es no. Ahí tienen que responder los servicios sociales o de dependencia, que también deben ser financiados por la sociedad.

En estas situaciones, ¿no son especialmente preocupantes las enfermedades mentales?
—Las mentales y las no mentales. Todas las enfermedades aumenta con la edad. El principal factor de riesgo de las enfermedades crónicas es la edad. Tenemos un sistema de salud magnífico, pero debería plantearse, volviendo a la cuestión anterior de la prevención y el diagnóstico precoz, a los chequeos generalizados, por ejemplo, cada dos años. Cuando los vehículos tienen unos años, se les obliga a pasar por inspecciones técnicas. ¿Por qué no establecer inspecciones médicas a partir de cierta edad? Hay campañas para prevenir el cáncer de mama o de colon, y ahora empiezan a plantearse revisiones de pulmones a partir de cierta edad entre fumadores o ex-fumadores. Puede ser una muy buena medida para prevenir el cáncer de pulmón, pero ahí también entra el debate político sobre asumir su coste.