Algunos de los alumnos destacados por su excelencia académica. | S.J.O.

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La promoción de alumnos que este año han terminado segundo de Bachillerato en el colegio Sant Josep Obrer de Palma ha obtenido unos resultados por encima de lo que suele ser habitual. Hasta 34 estudiantes, un 10 % del total, ha sacado una nota media superior al 8,7 y una quincena ha obtenido una matrícula de honor, cinco de ellos con un 10 de media.

«La clave ha sido la organización: recomiendo tener muy claros los objetivos que estudiarás cada día y no dejar jamás materia atrasada». Así responde Violeta Mora, una de las alumnas que ha conseguido una matrícula de honor. «Tomar notas en clase, a mano o con el portátil, me parece importante para ir asumiendo esos conocimientos y tratar de llegar al examen sabiéndolo todo. Siempre intento aprenderme cada tema por la satisfacción personal de haberme esforzado y para contar con mayor seguridad», asegura la joven, que admite ser nerviosa. «No te quedas en blanco, pero los nervios siempre están ahí y pueden jugarte una mala pasada», reconoce.

Violeta Mora.

Mora considera que otro factor importante para conseguir la excelencia es combinar la capacidad de memorizar los conocimientos y saber aplicarlos de forma práctica tras haberlos entendido. «Esto último es básico en Matemáticas o Física, pero en Historia necesitas más la memoria; hay que adaptarse a cada asignatura», recomienda. Aunque dice que las matemáticas son su «talón de Aquiles» tiene clarísimo que hará un doble grado de Ingeniería Telemática y Matemáticas en la Universitat de les Illes Balears (UIB), con el objetivo de investigar sobre Inteligencia Artificial. Más adelante, dice que le gustaría enseñar como docente para transmitir todo lo que pueda aprender.

«Dedicación, ganas y muchísima disciplina. La cosa es ponerse», aconseja Joan Puigserver, que también ha obtenido una matrícula de honor. «Matemáticas y Física es lo que más me ha costado; las lenguas y la Historia me gustan mucho, pero dibujo es lo que más me apasiona», confiesa el adolescente, que partirá a Barcelona para hacer Arquitectura, lo que siempre ha querido estudiar. «Si hubiera un grado en la UIB, me quedaría en Mallorca», asegura el joven.

Joan Puigserver.

Desde el colegio valoran el esfuerzo de sus alumnos y ponen en valor la vocación de su profesorado. También aprovechan la ocasión para hablar en positivo sobre la juventud, muchas veces desprestigiada.