Ben Amics ha organizado esta movilización haciendo este año especial hincapié en la importancia de una educación comprometida con los derechos del colectivo. | Jaume Morey

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El 3 de junio de 1987, el cantante George Michael revolucionó la música publicando la canción I want your sex. La letra fue censurada y se vetó su emisión en las televisiones, como explicó ayer el periodista y melómano Fernando Neira. Se cumplen 37 años de ese momento y todavía es necesario salir a la calle, no para festejar el Día del Orgullo, sino para reivindicar los derechos LGTBI y mantenerlos a salvo.

Este sentimiento es el que se vivió este viernes entre las más de 5.000 personas, según Ben Amics, –3.000 según la Policía– que recorrieron las calles de Palma en una manifestación organizada por Ben Amics bajo el lema El nostre Orgull, l’educació que transforma. «La palabra no es decepción ni tristeza, es miedo por la ultraderecha», comentaba Dylan, una de las manifestantes, minutos antes de que los primeros tambores sonaran para dar comienzo a la marcha por el Día del Orgullo.

Eran las 18.30 hora cuando desplegaron una bandera gigante del color del arcoíris en el Passeig des Born. «Yo he venido a muchas manifestaciones por el Día del Orgullo porque me parece importante reclamar la igualdad. A veces se notan los avances políticos, pero otras veces no. Esto pasa porque no hay nada consolidado», señalaba Mariano, que acudía con su mujer Rosa Maria. Ella, sin embargo, reconoció que este momento actual «da miedo». Se refería al avance de la ultraderecha en España y en Europa, y teme que «toda lo que se ha logrado en la lucha LGTBI desaparezca».

Miedo, sin duda, fue la palabra que más se repitió: «He venido a reivindicar los derechos para todo el mundo a fin de que no se pierdan. Los colectivos LGTBI han existido siempre y no deberían perderse», reflexionó Andy, una joven preocupada por el panorama político actual.

El lema, la educación

La creatividad de vestimenta, maquillaje y símbolos deslumbró la calurosa movilización. Entre los carteles, muchos hacían alusión a la educación, como uno en el que se podía leer: «Educar en diversidad y libertad».

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El lema de este año, precisamente, hacía hincapié en este aspecto. «Hemos querido apostar especialmente por la educación porque creemos que es algo que debería estar en todos los contextos para no polarizar la sociedad, para no fomentar los discursos de odio, y porque la única herramienta que triunfa contra cualquier agresión es la educación», explicó Jan Gómez, vicepresidente de Ben Amics.

Otras frases que destacaron fueron algunas como: «Los discursos de odio matan», «Queers para Palestina», «El primer Orgull fou una verbena» o «Soy Marica». Cristina y Judith llevaban en su espalda la bandera del colectivo lésbico: «Sentimos que estamos olvidadas en estas reivindicaciones», opinaron, y recordaron que «cuando vamos por la calle, todavía nos sentimos como un objeto sexual para muchos hombres. Nos han llegado a proponer tríos y a decirnos que lo que ellos tienen es lo que a nosotras nos hace falta».

Las familias con menores protagonizaron también el camino del Orgullo. Se pudo ver a una diversidad de jóvenes que, estéticamente, demostraron que entienden que la libertad sexual es fundamental para la sociedad. Mérida, un galgo, se llevó más miradas que su amo, extremeño. El perro presumía de la correa del arcoíris mientras seguía a la marea multicolor por las calles de Ciutat.

PP, PSIB, Més y Sumar estuvieron representados en la manifestación. Además, hubo un gran despliegue de entidades y asociaciones, desde CCOO, UGT y Stei Intersindical hasta Alas, Chrysallis, Únic, Vándalas, Tambors per a la Pau, Asociació Memòria de Mallorca, Fapa Mallorca o la entidad de trabajadoras sexuales.

Una vez terminó la lectura del manifiesto, Ben Amics dio paso a la tradicional entrega de los ‘Premis Siurell i Dimoni Rosa’ en el Parc de Ses Estacions. La entidad entregó el Siurell Rosa, que reconoce a una entidad, institución o persona que ha trabajado en favor del colectivo LGTBI, a Fades, un grupo musical mallorquín que reivindica la libertad sexual. Por contra, el Dimoni Rosa recayó sobre el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne (Vox), «por sus constantes declaraciones y muestras de intolerancia contra las personas LGTBI». El Siurell d’Or, el más relevante y que se entrega por sorpresa, se lo llevaron este año la Comunitat de Convivència y la Comunitat de Coeducació de Muro. Tras este acto, se dio paso a la 'Revetla Orgull LGTBI+'.