Miquel Ramis empaqueta el café en su tostador de Palma | M. À. Cañellas

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Con el auge del café de calidad, se recupera la importancia de los artesanos que trabajan el tueste, un aspecto crucial en el sabor, aroma y la distinción de la bebida. En este nicho, Cafès Illes Balears destaca por su experiencia y maestría, siendo la tostadora de café artesanal más antigua de Mallorca. «El resultado final es fruto de una cadena en la que la confianza es fundamental», explica Miquel Ramis, maestro artesano de café. El saber hacer de Cafès Illes Balears ha sido transmitido de generación a generación en la familia Ramis Vidal desde 1967.

En su laboratorio-taller, Miquel busca el punto perfecto en la curva de tueste para obtener el perfil de taza que desea. Se trata de un proceso que realiza artesanalmente, combinando arte y tecnología actual. Asimismo, en su planta de fabricación, cada lunes tuestan el grano verde que irá directo a su tienda. Como torrefactor artesanal, la atención se enfoca en el control de la calidad del producto en cada paso de la cadena de producción. Además, realizan catas y degustaciones para los conocedores y amantes de la bebida.

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Miquel Ramis en el interior del tostador de Cafès Illes Balears
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El proceso comienza con la importación de granos selectos procedentes de diferentes plantaciones en Colombia, Perú, Uganda… Una vez son recibidos en su tostador en Palma, da comienzo el dorado de granos. En la fábrica se elaboran diferentes cafés que varían dependiendo de su acabado. Para el más gourmet, se realiza un tueste natural de variedad arábica, mientras que, para la mezcla tradicional de la marca, se combina café de arábica y robusta. Además, cuentan con una versión descafeinada y otra ecológica. Después, pasa por unas cámaras de desgasificación donde liberan el dióxido de carbono. Y finalmente, el grano pasa por el molinillo o va directamente a la planta de empaquetado.

«Los artesanos somos tanto fabricantes como vendedores. Esto nos permite personalizar el producto según los gustos individuales de cada cliente», aclara Ramis. El maestro del café trabaja junto un equipo reducido de dos artesanos que, a diario, manejan el grano con sus propias manos. Según explica, este enfoque permite controlar de manera rigurosa la calidad de los 30 kilos que tuestan cada semana. Esta atención meticulosa ha sido un aspecto esencial desde los inicios, cuando su padre se dedicaba a tostar el café y mimaba el grano en cada etapa del proceso.

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El grano de café verde antes de ser tostado artesanalmente

Con un negocio centrado en el comercio de proximidad, Cafès Illes Balears promueve prácticas sostenibles. «En la zona del Pla de Sant Jordi, estamos apostando por un nuevo concepto de campo, diferente al tradicional, y lo mejoramos introduciendo nuevas tecnologías y sistemas de cultivo», cuenta sobre su nuevo proyecto. El maestro cafetero ha comenzado a sembrar café para crear la primera planta productora de las islas. La iniciativa es un acto de generosidad para las generaciones futuras. «Ahora tenemos que cultivar el entorno, para que a largo plazo, el café pueda crecer en las condiciones idóneas», explica con entusiasmo.