Alimentos de las Islas. | CAIB

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Un estudio elaborado por el Govern ha constatado que la mayoría de los consumidores manifiesta que compra alimentos de Baleares con Denominación de Origen Protegida (DOP) o Indicación Geográfica Protegida (IGP) cuando realmente no es así. Así lo ha indicado este lunes la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural que, a través de la Dirección General de Calidad Agroalimentaria y Producto Local, ha publicado los datos de la quinta y última parte del Estudio del consumo de los alimentos con DOP/IGP en Mallorca.

El principal objetivo de este documento es conocer la actitud de los consumidores con relación a los alimentos de las Islas con DOP e IGP, así como analizar el grado y la frecuencia de consumo de estos alimentos, el perfil de los consumidores y la evolución del comportamiento del consumidor respecto del estudio hecho en 2016 y 2018.

El trabajo de campo se ha realizado en diferentes partes de Mallorca y se han entrevistado un total de 1.019 personas residentes en la Isla de entre 25 y 65 años (un 79,98% mujeres y un 20,02% hombres). Uno de los datos principales que se extrae es que el número de personas que manifiesta que compra alimentos DOP/IGP de Baleares se ha incrementado en relación con los años 2018 y 2016. Así, la ensaimada de Mallorca (89,2%), el queso Mahón-Menorca (87,4%) y la sobrasada de Mallorca (79,5%) son los alimentos que dicen que más compran los residentes en Mallorca.

Analizando los datos, además, se puede afirmar que la compra de alimentos DOP/IGP en general es ocasional, de una vez al mes o menos, excepto en el queso Mahón-Menorca, en que la mayoría (más del 61%) lo compra cada semana. Con todo, el director general de Calidad Agroalimentaria y Producto Local, Joan Llabrés, ha señalado que «aunque el número de personas que manifiesta comprar alimentos registrados bajo la DOP o IGP se ha incrementado de manera considerable desde 2016, los datos de comercialización llevan a pensar que se están adquiriendo productos de marcas que no están protegidas».

En cuanto al queso Mahón-Menorca, un 87,4% de las personas señala que lo compra, aumentando de manera considerable en relación con los años anteriores. Además, su consumo es bastante frecuente, puesto que la mayoría (más del 61%) compra cada semana, y las personas nacidas en Baleares son las que más consumen. Respecto a la sobrasada de Mallorca, un 79,5% de las personas aseguran comprarla, sobre todo, los consumidores de Palma por encima de los residentes en la Part Forana. Un 89,2% de las personas dice que compra ensaimada de Mallorca y las mujeres serían las principales consumidoras, pero, de acuerdo con los datos de comercialización de la IGP Ensaimada de Mallorca, se puede concluir que la mayoría de los compradores considera que todas las ensaimadas que se venden en Mallorca son ensaimada de Mallorca cuando realmente no es así.

En cuanto al consumo de aceite de Mallorca, un 67% de las personas lo compra. Los datos del estudio muestran que las personas de menos de 46 años y nacidas en las Baleares son más consumidoras de aceite de Mallorca, así como las que viven en la Part Forana. En lo que respecta al consumo de oliva de Mallorca, la encuesta detalla que un 67,5% de las personas compra oliva de Mallorca y que son los consumidores menores de 46 años los principales demandantes. También se ha visto incrementado el consumo de almendra de Mallorca, un 60,3% en 2023 (en 2018 era un 20,5%). Las personas con más de 45 años y que compran en el mercado son las más consumidoras de este alimento.

Una vez más, tanto en el caso del aceite y la oliva de Mallorca como en el de la almendra de Mallorca, los datos de comercialización no coinciden con la percepción de compra de los consumidores. «Gracias a estos estudios podemos concluir que el consumidor aprecia los alimentos de las Islas y que está dispuesto a comprarlos e incorporarlos en su día a día. Estas encuestas nos demuestran que se tiene que hacer más trabajo, tanto por parte de las administraciones como por parte de los productores, para que el consumidor pueda diferenciar un producto con DOP o IGP de uno que no lo es», ha concluido Llabrés.