Foto de familia en el centro Gira-Sol donde se ha presentado la campaña 'Del suïcidi, en xerram'

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Este 10 de septiembre es el Día Mundial de la Prenvención del Suicidio y, aunque cualquier fecha es buena para visibilizar un problema que ya impregna la sociedad, este martes se sucederán las campañas de sensibilidad y prevención. La coordinadora del programa (des)Integrades de la entidad 3 Salut Mental, Maria Amengual, ha presumido de que unas sesenta entidades sociales e instituciones de Baleares colgarán pancartas de la campaña ‘del suïcidi, en xerram’, una imagen que se repartirá por edificios y redes sociales, acompañada de encuentros y charlas de sensibilización. Sin embargo, sobre todo ha puesto el acento en la atención. «Tras las conductas suicidas hay un sufrimiento emocional que no sale y la forma más efectiva para esta válvula de escape emocional es comunicarse. Hay que parar y escuchar, de eso va la campaña», ha dicho en su presentación.

El tiempo es el factor que corre en contra de estas terapias. El que le falta al compañero, a la familia, al amigo para preguntar y del que no dispone la sanidad pública donde las listas de espera dejan a estos pacientes desatendidos. «Tenemos a usuarios diagnosticados que esperan tres meses entre consulta y consulta». Advierte Amengual de que, pese a los esfuerzos, «faltan psicólogos, psiquiatras, trabajadores sociales, educadores sociales…», para afrontar este problema tan extendido. «Está claro que la pandemia visibilizó una realidad que estaba tremendamente oculta, se destapó la caja de Pandora y hay más personas que piden ayuda, más mensajes de apoyo pero es tremendamente difícil acercarse al sistema de salud público por las listas de espera», ha dicho.

En realidad, «no sé como están las demoras pero si tengo un problema tengo que esperar para ver al especialista, y esto es una realidad y no es banal», aclara Amengual quien advierte que ya no se trata sólo de la patología sino del calidad de vida y, en este aspecto, «el tiempo es importante, tanto en por ejemplo traumatología como en salud mental, donde la consecuencia puede ser feroz».

El coordinador de Salut Mental de la conselleria, Antoni Zamora, explica que los tiempos de espera varían en función de la unidad de salud mental al que se deriva pero defiende que «todos los servicios de salud están preparados para atender una idea autolítica. Lo importante es pedir ayuda», ha declarado.

Zamora acepta que «los tiempos de espera son largos, más de lo que querríamos», sobre todo por la carencia de profesionales. «Se hacen todos los esfuerzos para buscarlos», explica y asegura que es la idea del Govern tener un profesional en cada centro de salud si bien a día de hoy apenas cuatro ambulatorios cuentan con la consulta de un psicólogo.