Hubo un tiempo en que el vidrio valía más que una perla y la fama de los artesanos vidrieros de Baleares daba la vuelta al mundo. Tanto es así que el alemán Eduard Heusch, obsesionado por ganar la partida al mar hasta dar con una fórmula para crear perlas artificiales, eligió la Isla como sede principal para la fabricación a gran escala de su invento. Así surgió la famosa factoría de Majórica en Manacor.
¿Pero qué pintan en esta historia los vidrieros? El secreto de la fórmula de Heusch (como la de la Coca Cola) se ha mantenido envuelto en un halo misterioso hasta la fecha, pero si algo sabemos a ciencia cierta es que su perla artificial se creaba a partir de un vidrio opaco sumergido en un líquido nacarado procedente de escamas de pescado molidas, entre otros ingredientes. De ahí que el germano buscara en los inicios de su aventura un lugar próximo al mar que tuviera a los mejores sopladores de vidrio del mundo.
Lo que ocurrió después con el boom turístico, ha quedado grabado en la memoria colectiva. Millones de visitantes pasaron por la fábrica de Manacor para ver de primera mano la ‘magia’ de Heusch y pasar unas vacaciones ‘de perlas’. La perla artificial acabó así robando protagonismo a los otros protagonistas de esta historia, los artesanos vidrieros de Baleares.
El pasado mes de diciembre la técnica del vidrio soplado fue reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO. Este reconocimiento tiene entre sus principales objetivos garantizar su transmisión a las generaciones futuras. Finlandia, Checoslovaquia, Francia, Hungría y España fueron los impulsores de la candidatura conjunta que que cita textualmente a la mallorquina Gordiola y es que Vidrios Gordiola es, junto con el Centro Nacional de Vidrio de la Granja de Segovia uno de los últimos supervivientes de un oficio en riesgo de extinción .
A día de hoy solo sobreviven en Mallorca dos fábricas de vidrio: la de Gordiola y la de Lafiore. Gordiola nació en unos hornos en el corazón de Palma en el año 1719. No solo es una de las empresas más antiguas de Baleares sino que además es la cuarta empresa más antigua de España.
«No sólo fuimos pioneros en nuestra tierra, sino en el mundo entero. Internacionalmente tenemos una muy buena reputación. Nuestro vidrio soplado es conocido en Nueva York, Utrech, Río de Janeiro y hasta Buenos Aires; y deseado por las personas más influyentes del mundo», dice la propiedad. Por sus hornos (la factoría está actualmente en Algaida) han pasado más de ocho generaciones de artesanos y maestros vidrieros.
Lafiore nació más de dos siglos después, de la mano de la familia Tortella. Desde 1964 mantiene uno de los pocos talleres de vidrio soplado que conservan esta tradición artesana en la Isla. En colaboración con diseñadores y arquitectos elabora objetos de vidrio y cristal para proyectos decorativos de todo el mundo mientras sigue ofreciendo los productos más tradicionales que actualiza para la demanda actual.
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Tengo un par de lámparas de brazos y algún farol mallorquín de Gordiola, heredados de mis abuelos y mis padres y los considero auténticos tesoros