La asociación muestra su «repulsa» ante «cualquier tipo de censura, venga de la autoridad militar o civil». También defiende la presencia de los ponentes, Carlos Caballero y Francisco Torres. «En el congreso organizado por el Instituto de Historia y Cultura Militar en 2021, el profesor Torres presentó el trabajo ‘Los escritos legionarios de Francisco Franco’». Ambos ponentes han escrito varios libros en torno al cuerpo enviado a Rusia y a su intervención militar.
La asociación añade: «No puede argumentarse que no puede tratarse el tema de la División Azul por órdenes superiores. No consta ninguna orden escrita al respecto y esta asociación ha realizado, como mínimo, en el úlitmo año, tres actos más relacionados con la División Azul en el mismo Castillo de San Carlos». Entre ellas la proyección de La Vaquilla, dirigida por Luis García Berlanga, que estuvo en la división que combatió junto al ejército nazi en la II Guerra Mundial en el frente ruso.
«Consideramos que esta cancelación unilateral es una arbitrariedad administrativa prohibida por la Constitución Española. Lo mismo está ocurriendo con otros temas de historia militar española como el desastre de Annual o el desembarco de Alhucemas», añade la asociación. Denuncian que se trata de un hecho histórico «que nunca debe ser objeto de censura, sea cual sea el autor del estudio». Señalan que «otra cosa son las responsabilidades civiles o penales que se puedan derivar si, a lo largo de un estudio o conferencia se perjudica a personas o a sus herederos material o moralmente», aunque concluye el comunicado: «Creemos que este no es el caso».
También aluden a la intervención de militares como el General Aramburu Topete o el General Gaberias en la División. «La contribución de esos dos eminentes militares a la Patria, al Ejército y a la democracia es indiscutible y, prohibir una conferencia sobre una de las unidades en que sirvieron es, también querer eclipsarlos».
Fuentes del Ejército apuntan a que la decisión de no ceder el espacio para la conferencia ha sido adoptada por el general al mando del Instituto de Historia y Cultura Militar, Antonio Ruiz, al no considerar adecuado el contenido para un espacio público que es propiedad del Ejército.
16 comentarios
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No comprendo como se puede censurar la historia, dejando aparte ideologías.
Seguro que si hicieran un homenaje a la vida y actos sexuales de las rojas del molinar, no pondrian pegas ni trabas
Luego nos llevamos las manos a la cabeza porque el ejército está infiltrado de personajes como mínimo delicados. Hay que tener cuidado con esto. La censura de la historiografía está mal, igual que está mal la apología del nazismo.
LAMENTABLEMENTE LA POLÍTICA HA ENTRADO EN EL EJÉRCITO . La HISTORIA NO DEBE SER OCULTADA..
el problema de españa es que el asesino que ejecutó a media españa murió y la gente lloraba su pérdida, mientras en europa nos miraban y pensaban, no tiene remedio, los españoles son la peor calaña fascista que existe, si, tenían razón. Solamente hay una verdad, asesinos y republicanos.
Sebasdebes de estar muy solo, ese odio no lo aguanta nadie a kms.
per molta censura que vulguin impossar l història es inamovible, ja poden patalear lo que vulguin, la memoria històrica ha d esser per tothom
Miris on miris, tot són guiris"Se n'hauria de xerrar, molta gent no sap que el franquisme i el nazisme tenien relacions estretes" ¿Más? ¿Dónde has estado los últimos 20 años? Más bien habría que dejar un poco de espacio para hablar también los afiliados que teníamos y tenemos de ese amigo de los teletubbies que era Stalin. La historia es la que es y contar una y no dejar contar otra solo tiene un nombre: censura, y donde hay censura no hay libertad, anda como con Franco.
¿Por que no? Aquí en este país solo pueden hablar los comunistas con sus mas de cien millones de victimas y "los amigos de los BOOM"
Es lamentable que algo tan sano y necesario hoy día como es el debate historiográfico, sea censurado cuando no ocultado por quienes con intolerantes decisiones intentan favorecer unas teorías y atacar otras. Frente a la desinformación y descendente nivel cultural e intelectual, sustituido por un brevísimo corta y pega mediático, solo queda el trabajo honesto y serio de los investigadores, quienes en un sano debate ofrezcan al lector una rica oferta de tesis. Y debe ser este lector, y no desde leyes o altas direcciones, quien decida con la que se queda.