Las consecuencias de la fusión, ha subrayado, serían especialmente gravosas para los ciudadanos de toda España y tendrían «un impacto importantísimo en Baleares». La reducción de la competencia bancaria se traduciría en menos disponibilidad de crédito, así como en una desaparición de oficinas y de puestos de trabajo. Asimismo, se produciría un encarecimiento de los servicios bancarios y una reducción de la calidad de los mismos. Además, recalca el estudio, este contexto se cebaría con perfiles vulnerables como la tercera edad o los residentes en las zonas rurales y menos pobladas, que verían incrementado el riesgo de exclusión financiera con la desaparición de oficinas y cajeros.
Según ha indicado Mora, «las Islas contaban con más de 20 entidades con capacidad de abarcar todo el territorio, cifra que no llegaría a cinco» si la operación acaba materializándose. Así, la fusión BBVA-Sabadell se haría con el control del 62 % de las oficinas del Archipiélago. Y eso que, según el informe, el nivel de concentración del poder bancario en Baleares «ya está por encima de lo deseable ahora mismo».
Para entender los bajos niveles de competencia bancaria en Baleares existentes actualmente basta con comprobar el peso de los cinco primeros bancos en el total de activos a nivel de Unión Europea. En el caso de las Islas, el porcentaje de actividad que acaparan es del 80,6 %, por encima de la media europea (68,6 %) y de la española (69,5 %). En el caso de que la fusión se lleve a cabo, ese porcentaje pasaría al 86,2 %, lo cual dejaría a Baleares solo por debajo de cinco países de la UE: los tres estados bálticos (Letonia, Estonia y Lituania), Chipre y Grecia.
PIMEM es la única entidad balear que se ha personado ante la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) para pedir que no autorice la OPA hostil de BBVA sobre Banco Sabadell, de carácter especialmente inusual, entre otras cosas, por ser la primera que se realiza en España sobre una entidad bancaria que goza de buena salud (un crecimiento del 48 % en los beneficios de 2023 y del 26 % en 2024). Así lo ha destacado el presidente del Observatori de la Pime de Catalunya y catedrático en Economía, Oriol Amat, para recordar que el Banco Central Europeo ya ha dado su beneplácito a la operación y que en caso de que la CNMC la autorice, son los accionistas del Sabadell los que tienen la última palabra para que esta se lleve a cabo.
Asimismo, Amat ha señalado que la CNMC podría vetar la fusión en pro del interés social. Otro escenario es que se autorice con condiciones (con un listado de municipios cuyas oficinas no podrían cerrarse, por ejemplo). De todos modos, la reivindicación de PIMEM es que la fusión no se realice en ningún caso, ya que no contemplan escenario alguno en la que esta no conlleve efectos negativos, sean o no paliados por las posibles condiciones que impusiera la CNMC. Mora, en ese sentido, reclama que agentes sociales y económicos de Baleares conformen un frente común con el Govern para oponerse a la fusión.
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