Aunque las posibilidades son escasas, puede pasar: que el Gordo de Navidad caiga en tu ciudad. Un sentimiento de alegría que invade las calles españolas todos los 22 de diciembre y que Antonia Durán, Margalida Torrent y Neus Roig conocen perfectamente, pues las tres tienen una Administración de Lotería y han repartido el premio en Mallorca una vez.
«Cuando repartí el Gordo fue el día más feliz de mi vida, y mira que me he casado», bromea Roig. Su Administración, la número 20 de Palma, situada en el barrio de Pere Garau y conocida como Cuarto creciente, repartió el segundo premio en el año 2000. Entregó 2.880.000 millones de pesetas y el número agraciado fue el 22.207. «Estaba desayunando y gritaron desde la puerta para decirme que habíamos dado el segundo premio. Corrí al baño para arreglarme y salir bien en las fotos, mientras hablaba por el teléfono con Iñaki Gabilondo», recuerda. «Casi todo se repartió por el barrio, fue un número que se vendió a última hora, porque era bastante feo y era de los pocos que quedaban», asegura.
Neus Roig sosteniendo el certificado del segundo premio.
Roig también cuenta una entrañable anécdota de un matrimonio de ancianos a los que les tocó: «Al cabo de tres semanas vino la pareja, me dieron un bloque de décimos y llevaban dos del segundo premio; pero no se habían dado cuenta». «Les dije que teníamos que ir al banco inmediatamente y la señora, a la que tuve que dar una silla, me dijo que tenía cita con el cardiólogo. Le tuve que decir que aplazara la cita, porque llevaban mucho dinero encima». Antonia Durán, por su parte, ya es una pequeña celebridad en el Coll d’en Rabassa, pues en 1995, su Administración, la número 17, bautizada posteriormente por su hija Ana como La Bruja Pirula, repartió ese año el primer premio: 35.100.000.000 pesetas. «Fue una gran alegría, ese día había aquí un montón de gente. La calle estaba llena de coche hasta la altura de El Molinar. Vino hasta el alcalde de entonces [Joan Fageda]», explica Durán.
El histórico premio, el número 45.495, salpicó a todo el barrio y prácticamente nadie se quedó sin un pellizco, aunque según Durán «algunos se callaron que habían ganado». Después de aquello, su administración se convirtió en lugar de peregrinaje para la mayoría de los palmesanos que creían en la suerte: «Venía muchísima suerte, a día de hoy seguimos vendiendo a muchos». En 1998, Ana pasó a estar al frente del local y decidió cambiarle el nombre: «Mi madre me contaba un cuento de la Bruja Piruja, pero ‘Piruja’ no me gustaba así que decidí ponerle ‘Pirula’».
Una mujer celebra en La Rambla el tercer premio del Gordo en 1992.
Otra que sabe bien lo que es tener clientela constantemente es Margalida Torrent; de la Administración número 1 de Santa María del Camí. Ella y su madre, María del Pilar Torrent, entregaron en 1986 una serie entera del Gordo: 250 millones de pesetas con el número 03.772. «Fue un poco surrealista, porque habíamos abierto tres meses antes mi madre y yo, dos novatas totales, ella con 40 años y yo con 17. No sabíamos nada de lotería y nos tocó el Gordo», comenta entre risas Margalida. «Nos fue ideal, porque vendíamos una barbaridad después de eso. Para ser chiquitines, siempre hemos dado muchos premios», añade, aun que reconoce que «ya no es como antes» por las máquinas expendedoras. Aún así, cree que este domingo, su local volverá a ser agraciado, porque «este año hemos vendido muchos décimos».
Margalida Torrent en la puerta de la Administración nº 1 de Santa María del Camí.
Además de en estas tres ocasiones, El Gordo ha caído en Mallorca hasta ocho veces más, la última el año pasasdo, cuando el 88.008 repartió en Palma, Peguera, Pollença, Calvià y Can Picafort varios premios. Los agraciados tuvieron que esperar para festejar, pues en 2023 el primer premio fue el que más tardó en salir del bombo desde que hay registros, en 1993. No fue hasta las 13.16 horas, desbancando a 2014, que hasta entonces tenía el título del más ‘tardón’ de la historia.
La lotería a veces es tu pena de muerte. Recuerdo perfectamente el sorteo del año 1995, tocó en el Coll d’en Rabassa y precisamente el chico que aparece en la foto brazo en alto con camisa de rayas, estaba eufórico, le escuché decir que se iba a comprar una casa de campo que era la ilusión de su vida y darse unos caprichos. La misma tarde del sorteo se compró un viaje a Cuba y una moto de gran cilindrada de segunda mano que llevaba tiempo tras ella pero no se la podía comprar porque no tenía dinero. Ni se fue a Cuba, ni se compró la casa de campo. En menos de una semana se mató con la moto, en la autopista dirección Andratx a la altura del Estadi Balear. Los vecinos del Coll que vivíamos en aquella época lo recordamos.
4 comentarios
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PauA mi madre le toco una papeleta
Ese Premio fue antes de irme a la mili , escuché que hubo gente que lo gastó todo en muy poco tiempo y que hubo muchas rupturas familiares.
PauY mañana te puede caer un rayo encima
La lotería a veces es tu pena de muerte. Recuerdo perfectamente el sorteo del año 1995, tocó en el Coll d’en Rabassa y precisamente el chico que aparece en la foto brazo en alto con camisa de rayas, estaba eufórico, le escuché decir que se iba a comprar una casa de campo que era la ilusión de su vida y darse unos caprichos. La misma tarde del sorteo se compró un viaje a Cuba y una moto de gran cilindrada de segunda mano que llevaba tiempo tras ella pero no se la podía comprar porque no tenía dinero. Ni se fue a Cuba, ni se compró la casa de campo. En menos de una semana se mató con la moto, en la autopista dirección Andratx a la altura del Estadi Balear. Los vecinos del Coll que vivíamos en aquella época lo recordamos.