El Partido Popular y el Gobierno respondieron ayer a la oferta
socialista de sellar un pacto de Estado en materia autonómica tras
el mapa creado después de los comicios del 13-J. El secretario
general del PP, Javier Arenas, tachó de «oportunista» la propuesta
socialista, subrayando que los pactos de Estado «no se miden en
relación a los resultados electorales», mientras que desde el
Ejecutivo, el ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, calificó de
«irresponsable e inconsecuente» la oferta. Asimismo, Arenas aseguró
que su partido tiene hoy más votos que el 13 de junio, ya que las
«incoherencias» pasan factura.
El secretario general de los socialistas, Joaquín Almunia, había
realizado este nuevo ofrecimiento al PP de reforma del sistema
electoral para conformar gobiernos municipales, al considerar que
con el mismo se garantizan gobiernos locales «estables». Con el
sistema de elección directa de alcalde los socialistas pretenden
que si un candidato a alcalde no ha logrado mayoría absoluta en una
primera convocatoria, catorce días después se convocaría una
segunda vuelta entre aquellos aspirantes que hayan obtenido un
quince por ciento de los votos en la primera votación, cuyo
vencedor obtendría automáticamente la mayoría absoluta.
Arenas pidió además al PSOE que clarifique su postura sobre su
modelo de Estado. En este sentido, y como suele ser habitual en las
filas populares, Arenas ironizó sobre si el principal partido de la
oposición opta por un Estado federal, si pretende eliminar el
Senado y el Ministerio de Cultura o si aspira a romper la caja
única de la Seguridad Social, tal y como algunos de sus dirigentes
han sugerido en alguna ocasión.
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