Chirac reconoce que España tenía en el pasado razones para enfadarse con Francia

En ese sentido, reiteró el compromiso de Francia de mantenerse al lado de España «en su combate contra el terrorismo ciego». Asimismo, señaló que «no es posible aceptar ninguna forma de recurso a la violencia cuando las vías democráticas se encuentran abiertas a la acción política y a la expresión de las opiniones».

En su intervención, la primera que realiza un jefe de Estado europeo en sesión conjunta de las Cortes, se dirigió a «todo el pueblo español» para transmitirle, «de parte del pueblo francés, un mensaje de amistad y de solidaridad y un mensaje de fraternidad».

En su discurso, también aludió a los litigios ente los dos países, que «con demasiada frecuencia ensombrecieron nuestras relaciones». En ese sentido, reconoció que comprendía la «exasperación que ocasionaba la repetición de acciones, a veces violentas, contra los camiones españoles». Chirac aludió también a los proyectos conjuntos de la construcción europea, y dijo que los dos países están de acuerdo en «preservar las políticas estructurales y regionales que garantizan la indispensable cohesión entre los estados miembros».

Los diputados del PNV no aplaudieron el discurso de Chirac que calificaron de «muy pobre». Iñaki Anasagasti criticó especialmente la referencia al «terrorismo vasco» que aparecía en el texto del discurso del presidente francés distribuido a los parlamentarios al referirse a la cooperación en materia policial y judicial, si bien Jacques Chirac no llegó a decir la palabra «vasco», suprimiéndola de su intervención.

Desde EH, Arnaldo Otegi acusó a los presidentes del Gobierno central, José María Aznar y al de Francia, Jacques Chirac, de «querer alimentar el conflicto» con sus respectivos discursos coincidentes en la colaboración en la lucha contra el terrorismo, por lo que les emplazó a que «respeten la voluntad de Euskal Herria adoptándola como una gran decisión».