El Gobierno y la banca saludaron ayer efusivamente el nacimiento
del nuevo Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), al tiempo que los
sindicatos mostraron su preocupación por la incidencia que este
proceso tendrá en el empleo de la nueva entidad. El ministro de
Economía, Rodrigo Rato, aseguró que el Gobierno será «muy
vigilante» para que la fusión no repercuta en un peor
funcionamiento de la competencia, bien sea en el mercado
financiero, el energético o el de las telecomunicaciones, donde
ambos bancos tienen intereses.
Rato se mostró convencido de que se trata de una «decisión muy
meditada» dentro de una estrategia que han fijado los directivos de
las dos compañías y que se enmarca en la lógica de lo que está
sucediendo en toda Europa, donde se tiende a crear empresas de
tamaño europeo. El ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, calificó
de «positiva» la fusión, ya que es bueno que el sector financiero
español cobre mayores dimensiones, al tiempo que agregó que este
tipo de procesos no pueden basarse en reducciones de plantilla.
Por su parte, la Asociación Española de Banca (AEB) calificó de
«excelente noticia» la fusión, pues entiende que «es un paso
adelante en la creación de entidades capaces de competir con
garantías de éxito en el mercado europeo».
También los dos copresidentes del BSCH, principal competidor del
BBVA, han felicitado el nacimiento del BBVA y mientras Emilio Botín
ha señalado que el nuevo banco «introducirá nuevos factores de
competencia en la banca española», José María Amusátegui aseguró
que esta operación permitirá a España contar «con dos grandes
bancos en el mercado europeo». Prácticamente la única voz
discordante ha sido la de los sindicatos, que desde su experiencia
en este tipo de fusiones aseguran que estas operaciones de
concentración siempre llevan aparejadas fuertes reducciones de
personal.
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