El portavoz del Gobierno, Josep Piqué, aseguró ayer que el
Ejecutivo siempre está «preocupado» por los casos de corrupción ya
que no es posible garantizar el comportamiento de todos los
funcionarios, pero descartó la existencia de un «clima de
corrupción» pese a los esfuerzos de «algunos» por encontrar
escándalos.
En la conferencia de prensa posterior a la reunión del Consejo
de Ministros, Josep Piqué aseguró que la «preocupación» del
Gobierno está justificada por la existencia de «centenares de miles
de funcionarios y responsables públicos» que impide que se pueda
«garantizar que todas y cada una» de las personas «tengan un
comportamiento estrictamente escrupuloso».
Sin embargo, el ministro apuntó que «afortunadamente», en estos
momentos, los casos de corrupción son «fenómenos absolutamente
singulares», por lo que la situación actual «no tiene nada que ver
con un clima generalizado de corrupción que existía en el 95 y 96».
El portavoz y ministro de Industria respondió así ante preguntas
sobre la aparente proliferación de denuncias de actividades
ilegales entre las que se destacaron la presunta irregularidad en
la adjudicación de contratos para el AVE Madrid-Barcelona, Hacienda
de Catalunya y los referidos a los ministros de Fomento, Rafael
Arias-Salgado, y Defensa, Eduardo Serra.
Piqué señaló que, ante las denuncias, el Ejecutivo ha
reaccionado con rapidez en el caso del AVE porque «efectivamente,
ha habido cosas concretas que han aconsejado decisiones inmediatas
para evitar cualquier tipo de especulación posterior».
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