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La VII Asamblea de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) aprobó ayer en medio de un clima de crispación, la gestión al frente de la organización en los últimos cuatro años de la alcaldesa de Valencia y candidata a la reelección por el PP Rita Barberá. Los gritos e insultos marcaron la jornada de ayer El informe fue aprobado con 12.273 votos a favor, 1.327 en contra y 11.754 abstenciones -9.058 expresadas mediante voto y el resto con la ausencia de la sala en el momento de la votación-. El Informe fue aprobado pese a que PSOE, CiU y BNG pidieron a sus delegados que se abstuvieran por considerar que el informe carece de contenido. Mientras, algunos de los miembros de CiU y el Partido Aragonés optaron por salir de la sala y no votar.

Esta es la primera vez en la historia de la FEMP en la que el informe de gestión de la presidencia saliente es sometido a votación, un opción no prevista en los estatutos de la Federación. Pese a ello y tras la petición formal que hizo en nombre de IU la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar (IU), la Mesa de la Asamblea accedió a someterlo a refrendo. En su exposición ante la Asamblea, Barberá hizo un balance «razonablemente positivo» de su gestión al frente de la organización en un discurso constantemente interrumpido por los gritos y abucheos de los representantes socialistas y de otros grupos.

Los representantes socialistas, que abandonaron la sala en bloque durante más de diez minutos, regresaron para escuchar la última parte del discurso de la presidenta, cuya alusión al clima de «diálogo y participación» que ha presidido la FEMP en los últimos fue recibida con nuevos abucheos, pañuelos blancos y gritos de «Rita no, otra solución».

Barberá, que en varios momentos apeló a su derecho a la libertad de expresión para acallar los gritos, agradeció la presencia como observadores de los portavoces del PP y del PSOE en el Ayuntamiento de Bilbao, no afiliado a la FEMP por la oposición del PNV y que ayer mismo acordó unirse a la asamblea de Ayuntamientos vascos. El informe de gestión dio lugar a un debate marcado por la polémica en el que los alcaldes y representantes de los municipios socialistas y de IU criticaron la falta de organización de esta Asamblea.