El PNV invitó ayer a todas las formaciones nacionalistas y en
especial a HB, a, de común acuerdo y desde la diferencia y el
respeto mutuos, establecer las bases» de un proyecto de
construcción nacional, «en sus contenidos, modos y ritmos». El
ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, aseguró que esta
iniciativa «es la respuesta a un órdago político de ETA» y «no es
un paso para la paz».
El presidente del PNV, Xabier Arzalluz, leyó un comunicado en el
que se explica que esta formación «partiendo de la realidad
política y marco jurídicos vigentes "que respeta" y siguiendo su
línea fundacional», deja constancia de su apuesta «inequívoca por
un ámbito jurídico-político que abarque a todos los vascos y
contenga el respeto efectivo a su ser nacional y a la realidad
histórica, cultural y lingüística; así como el derecho a definir su
propio futuro, articulación interna y relación externa».
Así, «teniendo en cuenta la nueva perspectiva europea y los
reajustes de fronteras», el PNV invita «a las formaciones
nacionalistas, y en especial a EH-HB, a, de común acuerdo y desde
la diferencia y el respeto mutuos, establecer las bases de este
proyecto, en sus contenidos, modos y ritmos».
Esta apelación a los partidos nacionalistas «no ignora ni la
pluralidad socio-política de Euskadi, ni la existencia de otros
proyectos políticos», y desde este respeto «reitera su disposición
al diálogo y participación en cuantos foros políticos
institucionales se establezcan, para afrontar el problema político
vasco y abordar un camino conjunto de solución del mismo».
La declaración se inicia con fuertes críticas a ETA, a quien
acusa de «pretender condicionar el proceso político»: «Introducir
de nuevo la violencia con el miedo y la extorsión para forzar las
líneas del debate político, no es sino desvirtuar el debate»,
señala la declaración. Acusan además a ETA de haber «endosado» al
PNV «actuaciones probadamente falsas» y le exigen una explicación a
los vascos para que expliquen los verdaderos motivos de la
ruptura.
Jaime Mayor Oreja, en Bruselas, donde mantuvo una reunión
bilateral con el ministro del Interior francés, Jean-Pierre
Chevenement, declaró que esta declaración peneuvista «es la
respuesta a un órdago político de ETA» y «no es un paso para la
paz», ya que «aceptar un órdago de ETA y plantear la paz con
contrapartida política no es un paso para la paz. Lo que el PNV ha
hecho es «una declaración institucional repitiendo lo que había
pactado con ETA».
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