Como ya hiciera en la primera sesión del juicio el ex gobernador
civil de Guipúzcoa Julen Elgorriaga, Rodríguez Galindo aseguró que
se enteró por la prensa de la desaparición de ambos jóvenes.
Durante su intervención, no dejó de elogiar a Dorado y Bayo de
quienes dijo que eran «dos víctimas más de ETA» y que con seis como
ellos hubiera conquistado Sudamérica.
Galindo, quien contó con espectadores de la talla del juez
Garzón, comenzó su declaración explicando el funcionamiento de los
Servicios Secretos de Intxaurrondo y aseguró que ni autorizó ni
recibió órdenes de actuar contra ETA en Francia. Señaló que, en
aquella época, no había ninguna colaboración en la lucha
antiterrorista por parte de las autoridades francesas hasta el
punto de que estaba «terminantemente prohibido pasar a
Francia».
Asimismo, relató que llegó al Acuartelamiento de Guipúzcoa en
1980 como tercer jefe, hasta que, en 1982, fue nombrado comandante.
Como, a su juicio, este destino no era «cómodo», se producían
frecuentes bajas por lo que, en muchas ocasiones, actuaba de primer
jefe hasta que se cubría esta vacante.
Así, explicó que era el primer jefe de la Comandancia quien
despachaba semanal o quincenalmente con el entonces gobernador
civil de Guipúzcoa Julen Elgorriaga en las Juntas de Seguridad, a
las que acudía él mismo si, en ese momento, no estaba cubierto el
puesto de teniente coronel. En este punto, negó que hubiera
visitado junto a Elgorriaga a ningún detenido y aclaró que «jamás»
se había puesto una capucha. «En mis años en la Comandancia hemos
ido siempre a cara descubierta a luchar contra ETA».
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