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La revisión al alza de la previsión de crecimiento del PIB para 1999 acometida por el Gobierno el pasado mes de septiembre quedó ayer ampliamente justificada. La riqueza nacional continúa en senda ascendente, con un crecimiento en el tercer trimestre del año del 3'7%, según los datos de Contabilidad Nacional hechos públicos ayer por Estadística.

El crecimiento económico se debe al tirón de la demanda externa, que, aunque continúa en números rojos, ha pasado del -1'5 del trimestre anterior al -1'1 del tercer trimestre. Con ello, se rompe la tendencia de la demanda interna como principal locomotora del crecimiento.

«La cifra, una décima superior a la del periodo precedente, contrasta con la virtual estabilidad que venía mostrando la actividad agregada en los dos trimestres anteriores "cuando la economía creció un 3'6 por ciento", lo que probablemente supone el inicio de una nueva fase expansiva del ciclo», dice el INE.

Y es que la economía española creció en el tercer trimestre una décima más que en el anterior. La cifra del 3'7 por ciento del PIB registrada entre julio y septiembre de 1999 coincide con la previsión oficial del Gobierno para todo el año. La última revisión al alza coincidió con el cambio de otros dos principales indicadores económicos el pasado 14 de septiembre, cuando el Ejecutivo, ante el mal dato del IPC de agosto varió la previsión de la inflación del 1'8 al 2'4 por ciento, la del déficit público del 1'6 al 1'4 por ciento, además de la del PIB del 3'5 al 3'7 por ciento.

Desde la perspectiva del gasto, destaca la mejora de la demanda externa al crecimiento del PIB. El dato continúa siendo negativo, pero ha pasado del -1'5 del segundo trimestre al -1'1 del tercero. Esto se debe tanto a un crecimiento del 7'5 por ciento de las exportaciones con relación al trimestre anterior, como a una contribución menos negativa de las importaciones de bienes y servicios, con un 11'4 por ciento, siete décimas menos que entre abril y junio de este año.