El medio millón de españoles que cobran el salario mínimo
interprofesional (SMI) sólo percibirán el próximo año 1.410 pesetas
más al mes, es decir sus catorce pagas pasarán de las 69.270
pesetas actuales a las 70.680. El secretario general de Empleo,
Juan Chozas, anunció ayer a los sindicatos y a los empresarios que
el incremento del SMI será del 2% en el 2000, cifra que coincide
con la previsión de la inflación del Gobierno, frente al incremento
del 8'3% demandado por los sindicatos. Así, CC OO calificó esta
subida de «cicatera» y UGT aseguró que se trata de «la consumación
de una farsa del Ejecutivo».
El salario mínimo interprofesional no recuperará en el 2000 los
0'9 puntos de poder adquisitivo que probablemente perderá por el
repunte de la inflación.
En cualquier caso, el Gobierno considera que la ganancia de
poder adquisitivo de 1'6 puntos registrada por los perceptores del
salario mínimo entre 1996 y 1998 compensará las décimas que se
pierdan en 1999. Así, según sus cálculos si el IPC de diciembre
termina en un 2'7 por ciento, estos trabajadores habrían ganado en
esta legislatura 0'7 puntos.
Según los datos del Ministerio de Trabajo, con las 1.410 pesetas
más que cobrarán los perceptores de este salario en sus catorce
pagas, los trabajadores fijos, por ejemplo, pasarán a ganar 2.356
pesetas al día. Algo más ganarán los eventuales que reciben el
mínimo, con 3.349 pesetas diarias. El SMI de las empleadas del
hogar será de 549 pesetas la hora.
La decisión del Ejecutivo responde, según Chozas, a «una
estrategia de moderación salarial que está funcionando» en el
control de la inflación y en la generación de empleo. Así, explicó
que la subida de 0'9 puntos porcentuales más no sería traumática en
términos monetarios, pero tendría generaría una espiral de aumento
de la inflación, que repercutiría en una menor creación de
empleo.
Entretanto, el portavoz del Ejecutivo, Josep Piqué, que se
encontraba en unas jornadas sobre la sociedad de la información,
sostuvo que esta subida del 2 por ciento forma parte del mensaje de
moderación salarial que debe transmitirse a empresarios y
trabajadores.
Los sindicatos, que criticaron duramente la postura del
Ejecutivo. Así, el secretario de Acción Sindical de CC OO, Fernando
Puig, calificó la subida de «cicatera» porque «no responde a ni una
sola reivindicación sindical». Su homólogo de UGT, Toni Ferrer,
dijo que se trata de «la consumación de una farsa del
Ejecutivo».
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