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El Gobierno y el Partido Popular criticaron ayer con dureza las declaraciones realizadas el miércoles por Xabier Arzalluz, a quien tacharon de «enloquecido» después de que el líder nacionalista relacionara la colaboración de Francia en la lucha contra ETA con la próxima concesión de una licencia de telefonía móvil y del tren de alta velocidad.

Jaime Mayor Oreja, ministro de Interior, se refirió en Bilbao a Xabier Arzalluz, como «un personaje que ha perdido el norte, ha enloquecido y desbarra» y agregó que la estrategia del PNV es «la expresión del dogmatismo y la caverna», formada por «un conjunto de historietas con las que pretenden explicar lo que es injustificable».

El portavoz de Gobierno, Josep Piqué, afirmó que las últimas declaraciones del presidente del PNV entran en el terreno de la «abyección moral» y son una de las afirmaciones «más viles que hemos podido escuchar en mucho tiempo».

El PP consideró que estas palabras de Arzalluz van más allá «de los exabruptos políticos a los que nos tiene acostumbrados», e insistió en que el diálogo con el PNV es «imposible» mientras el PNV esté «atrapado en pactos con EH y sus acuerdos con la propia ETA».

El secretario general del Partido Popular, Javier Arenas, afirmó que es una «vergüenza» que el presidente del Partido Nacionalista Vasco «ampare, proteja y avale a terroristas y violentos» y no «colabore con un país democrático y con un gobierno democrático contra los terroristas» (en referencia a Francia).

Desde el PNV, anunciaron que investigará todos los gastos electorales del presidente Aznar en Bilbao «al tener fundadas sospechas de que en parte o en su totalidad serán sufragados con dinero público».