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La crisis en el PSOE valenciano se reabrió anteayer con el anuncio de dimisión del presidente de la Gestora del PSPV, Diego Macià, después de que el Comité Federal del partido designara al ex diputado valenciano Javier Paniagua como miembro de la Comisión Gestora desoyendo las recomendaciones de la federación valenciana que había consensuado el nombramiento del ex alcalde de Valencia Ricard Pérez Casado. Varios representantes de la federación valenciana responsabilizaron al ex secretario de Organización del PSOE, Ciprià Ciscar, de este movimiento.

La designación por parte del Comité Federal del PSOE de Javier Paniagua como miembro de la Gestora provisional en detrimento del ex alcalde Ricard Pérez Casado cuyo nombramiento había sido consensuado por los representantes valencianos, tuvo como principal consecuencia la dimisión «irrevocable» del presidente de la Gestora del PSPV y alcalde de Elche, Diego Macià.

Las consecuencias posteriores fueron las críticas vertidas por varios representantes de la federación valenciana "Ana Noguera, José Luis Abalos, Juan Soto y María Antonia Armengol", quienes responsabilizaron a Ciprià Ciscar de imponer a Paniagua como representante valenciano. Diego Macià, que ya había anunciado la decisión de dimitir después de que se designara a Paniagua como miembro de la dirección provisional del PSOE en detrimento del candidato acordado por los representantes valencianos, presentó ayer su dimisión «irrevocable» en la reunión de la Gestora.

Maciá aseguró que la designación de la Comisión Política le «ha hecho perder cualquier tipo de credibilidad sobre las intenciones de la Gestora de ir a un Congreso extraordinario de integración». «No pienso presentarme a ningún cargo de responsabilidad dentro del partido y, en estos instantes, ni siquiera para delegado en el próximo Congreso aunque no es el momento para tomar esa decisión porque los hechos están muy calientes», añadió.

No obstante, cree que la Gestora que abandona ha cumplido con una parte de la misión que tenía encomendada y que era conducir el partido a las elecciones generales del pasado día 12 olvidando las divisiones. Además, negó que aceptará el encargo de presidir la gestora del PSPV por su afinidad política con Ciprià Ciscar, responsable último de su dimisión, sino que aceptó el encargo por que se lo pidió «personalmente» Joaquín Almunia y por que el partido atravesaba un «momento difícil».