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Los miembros del PP en la Mesa del Congreso aprobaron ayer la tramitación urgente del proyecto de ley de reforma de la Ley de Extranjería. Los partidos de la oposición presentes en el máximo órgano de Gobierno de la Cámara mostraron su posición contraria. Así, mientras el PSOE cree que la tramitación por urgencia «no es coherente con la oferta de diálogo», IU opina que el Gobierno quiere un «miniestado de excepción» para los inmigrantes.

Desde el PSOE, Amparo Rubiales, vicepresidenta segunda de la Mesa, explicó que todos los grupos parlamentarios que no forman parte del PP se han opuesto a la tramitación de urgencia de la Ley de Extranjería solicitado por el Gobierno, porque estiman «que es contradictorio y no es coherente con la oferta de diálogo y de consenso que el Ejecutivo promueve».

En opinión de Rubiales, esta oferta de diálogo del Gobierno es contradictoria con la petición de la tramitación de urgencia «nada más y nada menos que de la Ley de Extranjería» porque considera que los plazos se pueden negociar y tramitar para que ese acuerdo sea posible. «Hacer llegar al Parlamento dicha tramitación con carácter de urgencia, es un mal comienzo», sentenció. La socialista explicó que tanto su grupo como CiU e IU han pedido a la Mesa que aceptara una tramitación de plazos «más flexibles» para facilitar el consenso y el acuerdo que el propio Aznar «había dicho que quería alcanzar», máxime cuando el grupo de oposición mayoritario estaba de acuerdo con ese acuerdo y ese consenso.

Por su parte, el portavoz de IU, Felipe Alcaraz, aseguró que su formación tiene una duda a tenor de las declaraciones de miembros del PSOE, que ha situado como tesis para el consenso el texto de contrarreforma que plantea el Gobierno y no la ley que existe. IU opina que la petición de urgencia del Gobierno no es lo más adecuado para llegar al consenso que el Ejecutivo predica.