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El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón decretó ayer orden de libertad condicional bajo fianza de 1.000 millones para el magnate de la prensa rusa Vladimir Gusinski, en prisión desde que fue detenido el pasado día 12 en su residencia de la urbanización de Sotogrande, en San Roque (Cádiz). Los abogados del magnate depositaron anoche un cheque bancario por la cantidad exigida por Garzón, por lo que abandonó la cárcel horas después.

El juez ordena que el presidente de Mediamost, cuya extradición ha sido solicitada por la Fiscalía Rusa por una presunta estafa de 40.000 millones, no salga de su residencia de San Roque, que será vigilada permanentemente por la Guardia Civil, para evitar la fuga del detenido. Garzón ha revocado la medida de prisión incondicional dictada tras la detención de Gusinski y la ha cambiado por la de libertad provisional por las «dudas» y «la confusión que rodea, al menos en este momento, a este expediente, tanto en lo que se refiere al alcance penal de los hechos, como a las razones de la petición y el trasfondo extrapenal que pueda guiarla, tal como ha sido alegado por la defensa y completado con los documentos incorporados al procedimiento».

El magnate ruso fue encarcelado a instancias del fiscal de la Audiencia Nacional Enrique Molina, quien pidió la prisión incondicional alegando riesgo de fuga y la existencia de una orden de busca y captura internacional por estafa. La defensa recurrió el auto de encarcelamiento, y ahora Garzón estima parcialmente los argumentos de la defensa, tomando «hechos nuevos que es imprescindible tenerlos en cuenta. Añade el auto que cualquier salida fuera del domicilio deberá ser notificada y consentida por la autoridad judicial, que podrá decidir en función de la seguridad y la conveniencia de la medida. Asimismo, prohibe a Gusinski abandonar el territorio nacional y su propio domicilio sin autorización judicial, y le ordena entregar su pasaporte, además de impedirle la utilización de medios de transporte aéreo o marítimo, sin autorización.