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El portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados, Jesús Caldera, aseguró ayer que el PNV debe rectificar a fondo su política, aunque no cree que lo haga hasta después de las elecciones. El dirigente socialista rechazó así la oferta que el presidente peneuvista, Xabier Arzalluz lanzó el jueves a los socialistas para formar un Gobierno de coalición en Euskadi.

Dentro del PNV, siguen creciendo las voces que ven inevitables las elecciones. Así el parlamentario Joseba Arregi aseguró que, «a medio plazo, un ejecutivo que queda en minoría, está abocado a la convocatoria de elecciones». Arzalluz aseguró el jueves que un pacto de Gobierno entre el PNV y el PSE sólo depende de los socialistas, ya que el nacionalismo vasco ya ha dado todos los pasos que podía dar para que este acuerdo sea posible. Caldera, aunque no respondió explícitamente a la propuesta de Arzalluz, dejó claro que este Ejecutivo es imposible antes de unas elecciones en el País Vasco.

Así, el portavoz socialista aseguró que el PNV «tiene que rectificar a fondo», tal y como se le pide en el preámbulo del «Acuerdo por las libertades y contra el terrorismo», ya que «sería muy conveniente para la causa de la paz y las libertades». Tras reconocer que la capacidad del PSOE para conseguir este cambio en el PNV «es muy limitada», aseguró que, «probablemente, no haya ningún cambio en el PNV hasta después de las elecciones».

Por otra parte el secretario general del PP, Javier Arenas, consideró ayer que «resulta evidente que dentro del PSOE hay personas que no están en la línea del pacto antiterrorista», e instó a los socialistas a «dejar claro» si Rafael Vera y José Luis Corcuera «conservan su capacidad de influencia» en este partido.

El secretario general de Eusko Alkartasuna, Gorka Knörr, denunció ayer la utilización electoral que PP y PSE hacen del dolor de las víctimas del terrorirsmo, así como una forma de hacer política basada en los símbolos y que, en su opinión, responde a un «gran déficit de ideas políticas».