Un fallo técnico salvó ayer por la mañana la vida al subteniente
del Ejército José Díaz Pareja, a quien ETA intentó asesinar en la
localidad navarra de Zizur Mayor, próxima a Pamplona, mediante el
sistema de bomba-lapa. El artefacto, compuesto por medio kilo de
cloratita, estaba adosado a los bajos de su vehículo y aunque
funcionó el mecanismo de detonación, la carga no explotó.
Los hechos tuvieron lugar alrededor de las 7'30 horas de la
mañana en la calle Undiano de la citada localidad, una zona
residencial. El militar, de 45 años y natural de Málaga, acudió a
coger su coche, un Peugeot 405 de color negro, que se encontraba
aparcado en el número 8 de la citada calle, para acudir a trabajar
al acuartelamiento de Aizoáin.
Cuando el subteniente llegó al vehículo, se sentó al volante
tras una somera inspección del coche y se puso en marcha. Al
arrancar el vehículo, la bomba, compuesta por medio kilo de
cloratita, explotó de forma incompleta. El detonador cumplió su
misión, pero sólo una mínima parte de la carga explotó porque,
según la Delegación del Gobierno en Navarra, la cloratita estaba
mal compactada. El propio delegado, José Carlos Iribas se refirió
en declaraciones a la posible inexperiencia del fabricante de la
bomba.
El militar abandonó inmediatamente el coche y con su teléfono
móvil, dio aviso al 091 de lo ocurrido. La pequeña deflagración
únicamente sólo había provocado algunos daños en la chapa y en la
transmisión del coche. La lapa portaba un mecanismo
anti-movimiento, aunque todavía no se ha logrado precisar de qué
tipo. El equipo Gedex de la Guardia Civil procedió a neutralizar la
bomba y a retirar el vehículo para su estudio. Por el momento, se
continúa investigando tanto el coche como la lapa.
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