El vicepresidente segundo del Gobierno y Ministro de Economía,
Rodrigo Rato, dijo ayer que las condiciones impuestas por el
Ejecutivo a la fusión entre Endesa e Iberdrola eran «predecibles»,
por lo que no tenían que haber sorprendido a estas empresas. Rato,
en respuesta a la oposición durante su comparecencia ante el
Congreso, aseguró que el Gobierno «no apostaba por la fusión» y
rehusó hacer un análisis político de la decisión de Endesa e
Iberdrola de no seguir adelante con la operación.
Sobre las reformas introducidas en la normativa de los Costes de
Transición a la Competencia (CTC's) dijo que el Gobierno no podía
ignorar la afloración de plusvalías en la venta de activos por
encima de los costes estándar que sirvieron para calcular estas
compensaciones, ya que, en ese caso, estarían injustificados. Así,
las compañías que vendan activos deberán, a partir de ahora,
transmitir los CTC's a la empresa compradora y, en caso de obtener
plusvalías con la venta, descontar estos beneficios de los costes
que aún mantengan.
Para Rato, la fusión era complicada para el Gobierno, y de
haberse llevado a cabo lo habría sido mucho más. Defendió que las
limitaciones de cuota de mercado impuestas a la fusión no se
apartaban de las recomendaciones del Tribunal de Defensa de la
Competencia y señaló que el plazo para la desinversión de activos
debía ser rápido para garantizar la competencia.
Por su parte, el secretario socialista de Economía, Jordi
Sevilla, aseguró que con su autorización el Gobierno había apostado
claramente por la fusión, señaló que «ha fracasado por un error de
cálculo» al no tener en cuenta la posición de los accionistas y
consideró que «le ha salido mal y ha hecho el ridículo». Pidió a
Gobierno que redefina «completamente» el marco legal eléctrico. En
el mismo sentido se pronunció el PNV, mientras CiU defendió la
actuación del Ejecutivo.
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