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EUROPA PRESS-PORTUGALETE Unas 60.000 personas, según datos de la Policía Municipal, se manifestaron ayer tarde por las principales calles de la localidad vizcaína de Portugalete para reclamar la paz en Euskadi, exigir a ETA que abandone las armas y protestar por el asesinato en Hernani con un coche bomba del ertzaina, vecino de la villa jarrillera, Iñaki Totorika. En la pancarta, representantes de todos los partidos, a excepción de EH, marchaban unidos, acompañados por el lehendakari, Juan José Ibarretxe y el ministro del Interior, Mariano Rajoy.

Bajo el lema «ETA no. Paz y libertad», la marcha partió pasadas las siete la tarde de la Iglesia Nuestra Señora de Nazaret, donde se habían celebrado los funerales por el agente de la Policía vasca asesinado por ETA. Precediendo a la movilización, que abarrotaba las aceras, se colocaron varias furgonetas de la Ertzaintza, a quienes los manifestantes expresaron su apoyo con aplausos.

La manifestación recorrió en silencio aproximadamente dos kilómetros de la localidad portugaluja, para finalizar en la Plaza del Solar, frente al Ayuntamiento, donde los manifestantes guardaron varios minutos de silencio por la muerte de Totorika. Al pasar por la vivienda del ertzaina asesinado, los participantes en este acto irrumpieron en aplausos. Los numerosos ciudadanos recibieron con aplausos a los representantes del PNV, partido del que eran afiliado Iñaki Totorika y sus hermanos, mientras que lanzaron pitidos a la llegada de los representantes populares. La manifestación finalizó en la Plaza del Solar, poco antes de las ocho de la tarde, donde la gente, antes de guardar unos minutos de silencio por el ertzaina asesinado, profirieron gritos de «ETA ez» (ETA no) y «Viva Euskal Herria sin ETA».

Horas antes, la familia del ertzaina Iñaki Totorika, asesinado en Hernani, pidió, en una nota leída al término del funeral oficiado en la iglesia Nuestra Señora de Nazaret de Portugalete, que «con su sepultura se entierren también las agresiones, el vandalismo y el odio». En un texto de agradecimiento por las muestras de solidaridad recibidas, la familia de Totorika destacó que «la forma de no olvidarle es dar continuidad a su forma de ser», en la que destacaban, como principales valores, la «pluralidad» y la «tolerancia».