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El secretario de Estado de Economía, José Folgado, y la patronal CEOE discreparon ayer de CC OO y UGT acerca de la repercusión de las subidas salariales en la competitividad de las empresas y, por ende, en la economía española. Folgado, en su participación en la jornada «Negociación Colectiva 2001», organizada por la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD), dijo que si se consolidan aumentos salariales superiores al 3 por ciento (incluida la cláusula de garantía), las empresas perderán competitividad, tendrán que ajustar beneficios y habrá expedientes de regulación de empleo.

El secretario de Acción Sindical de CC OO, Fernando Puig-Samper, criticó los continuos llamamientos a la moderación salarial que se hacen desde el Ejecutivo, tanto si la economía va bien como si no, y se preguntó «cuál es el momento de pedir ganancias salariales para los trabajadores sin que el Gobierno nos reconvenga». A su vez, la secretaria ejecutiva confederal de UGT Josefa Solá señaló que como el Ejecutivo «no sube los sueldos a sus propios trabajadores (funcionarios) pretende intoxicar la negociación salarial», pero que los sindicatos saben cuándo les toca a los trabajadores hacer sacrificios.

El responsable de asuntos laborales de la patronal CEOE, Fernando Moreno, indicó la «estrechísima» vinculación que hay entre los salarios y la creación de empleo y cito que de 1989 a 1993 el poder adquisitivo aumentó un 6'6 por ciento, el empleo se redujo al 3'4 por ciento y la inversión en bienes de equipo bajó un 2'2 por ciento. Por contra, subrayó que entre 1994 y el 2000 las ganancias crecieron un 1'9 por ciento, el empleo se incrementó en un 23 por ciento y la inversión en bienes de equipo subió un 8'6 por ciento.

Folgado dijo que el crecimiento de la economía permitirá seguir creando empleo, siempre que no se incurra en el «grave error» de incluir en los convenios subidas de salarios elevadas, porque, si se hace, «las empresas no podrán competir en el exterior y por lo tanto, si ajustan los beneficios tendrá que haber obviamente un expediente de regulación de empleo».

Consideró que la formación de los salarios es «uno de los aspectos fundamentales» de la economía española y aseveró que los convenios colectivos «no se deben pactar» utilizando como base elementos excepcionales, ya que, aseguró, esto «pondría en peligro muchos puestos de trabajo». Recordó que el diferencial de precios con Europa se ha agravado debido al incremento del precio de la energía y los alimentos y la depreciación del euro, y destacó la necesidad de «atenuar» este diferencial, ya que, precisó, la actual tasa de inflación (3'8 por ciento en febrero) «no es compatible con la velocidad de crucero de la economía y de la creación de empleo».