El lehendakari en funciones, Juan José Ibarretxe, prestó ayer su
apoyo al euskera en la celebración del Araba Euskaraz que, por
primera vez, se celebra en el enclave burgalés de Treviño, en
concreto en La Puebla de Arganzón, y aseguró que su visita a la
localidad tenía como objetivo ofrecer al apoyo a la lengua vasca y
«no manifestar ningún tipo de reivindicación política». Sin
embargo, el secretario general del PSE, Nicolás Redondo Terreros,
acusó al dirigente nacionalista de «falta de diplomacia política»
ya que, según aseguró, su presencia en la localidad se entiende
como una intromisión.
El jefe del Ejecutivo vasco quiso eludir la polémica y el
malestar que su presencia en La Puebla de Arganzón ha suscitado
entre las autoridades de Castilla y León, que han llegando a
calificarla de provocación, y consideró que sería bueno que en el
acto festivo hubieran acudido no sólo las instituciones vascas sino
también las de Castilla y León. Además, aseguró que el objetivo de
su visita «no es hacer ningún tipo de reivindicación en términos
políticos», sino ofrecer su apoyo al euskera» y recordó que la
lengua vasca que se ha hablado en esta zona, «es patrimonio de la
humanidad».
El líder nacionalista no quiso entrar en polémicas y mostró su
respeto a la voluntad de Treviño. «Más allá de lo que pensemos el
lehendakari o el presidente de Castilla y León, Treviño será
siempre lo que quieran ser los treviñeses porque es una cuestión,
no de reivindicación política, sino una cuestión absolutamente
democrática», manifestó. A pesar de la voluntad Ibarretxe de no
querer entrar en polémicas, su visita al condado de Treviño ha sido
motivo de una lluvia de críticas. Así, Redondo Terreros, afirmó que
la presencia del lehendakari en el Araba Euskaraz «es buen ejemplo
de cómo no se deben hacer las cosas» y le acusó de falta de
diplomacia política ya que su decisión «es interpretada como una
injerencia y una intromisión».
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