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El ministro portavoz del Gobierno, Pío Cabanillas, precisó ayer que el Ejecutivo no está estudiando la ilegalización de Batasuna, pero sí «cualquier fórmula para enfrentarse por los medios del Estado de Derecho» al terrorismo, a quienes lo apoyan, financian y colaboran con él. Cabanillas aconsejó no centrarse en la presencia o no de Batasuna en las listas europeas, ya que, dijo, se trata de un «proceso de identificación pública de contra quién nos enfrentamos» y no de «estar en unas listas u otras».

Mientras, Mariano Rajoy, se mostró muy satisfecho con la lista de organizaciones terroristas aprobada ayer por la UE y que será utilizada, con fines operativos, por las policías de los Quince. El objetivo del Gobierno es conseguir la identificación pública en toda Europa de quienes son los componentes del entramado terrorista de ETA y de a quiénes hay que hacer frente desde la Justicia. El deseo del Gobierno es hacer ver a sus socios comunitarios la existencia de una conexión «evidente» entre Batasuna y ETA.

Cabanillas fue más lejos al negar que el Gobierno esté estudiando en este momento la ilegalización de Batasuna y explicó que el Ejecutivo lo que estudia es «cualquier fórmula» para hacer frente, «por los medios del Estado de Derecho, al terrorismo». «De lo que se trata es de definir un marco común, ya sea jurídico o político y de identificación que no se circunscribe sólo a España. No se está hablando de cómo acabar con ETA sino de cómo acabar con el terrorismo en el mundo».

Sobre las detenciones etarras en Francia, Rajoy señaló que estos datos «demuestran lo que en tantas ocasiones hemos dicho, que ETA no es sólo un grupo de pistoleros, sino que es un amplio y complejo entramado del que forman parte distintas asociaciones con los mismos fines, aunque con funciones diferentes». «En muchas ocasiones miembros que forman parte de un comando también participan en un sindicato, en un partido político o en una organización del estilo de Gestoras pro Amnistía».