En una conferencia de prensa tras reunirse en el Palacio de la
Moncloa, Prodi subrayó que las competencias internas en España,
Francia y Alemania «no se van a organizar nunca de la misma manera»
y que la definición de tareas en la UE se basa en las relaciones
entre la Unión y los Estados, mientras que el reparto interno en
cada país obedece a su Historia, tradición y opinión pública. Aznar
también se refirió a las reivindicaciones nacionalistas de
presencia directa en la UE y reiteró su criterio de que las
Comunidades ya disponen de cauces de representación regional, pero
la UE es «una unión de Estados».
La entrevista de ayer, que Prodi calificó de «eficaz y
amistosa», permitió intercambiar opiniones sobre el desarrollo de
la política de seguridad y defensa, ámbito en el que España desea
aprobar este semestre la plena operatividad de la fuerza de acción
rápida, y sobre la lucha antiterrorista. Dado que la lucha contra
el terrorismo es uno de los objetivos de la Presidencia española,
«la prioridad de las prioridades» en palabras de Aznar, la UE
trabajará para avanzar hacia un acuerdo judicial y penal entre los
Quince y Estados Unidos. La cooperación antiterrorista también
podría extenderse a Rusia, aunque el presidente de turno de al
Unión calificó de «vital y prioritario» el acuerdo con el país
norteamericano. No obstante, reconoció que es un debate complicado,
sobre todo por la existencia de la pena de muerte en Estados
Unidos.
Aznar confió en avanzar hacia un convenio de cooperación
judicial y penal y «no empeñarse en hacer resonantes reflexiones»
sobre asuntos como la pena de muerte, porque España ha logrado un
acuerdo bilateral de este tipo con Estados Unidos que garantiza las
extradiciones de modo compatible con el rechazo español a esa pena.
Prodi juzgó difícil vaticinar ahora si podrá lograrse el acuerdo
durante la Presidencia española, pero garantizó que la UE y EE UU
trabajarán «codo con codo» contra el terrorismo. Prodi, que
consideró «decisivo para el futuro de la Unión» el semestre de
Presidencia española, con «capítulos muy delicados» en el proceso
de ampliación, defendió la necesidad de una revisión de los
mecanismos económicos de la UE y abogó por una nueva política en el
Mediterráneo que modernice los instrumentos aprobados en 1995 en
Barcelona.
El jefe del Ejecutivo comunitario apostó concretamente por
desarrollar un proyecto europeo específico para el Magreb. En este
punto, Aznar precisó que la Conferencia Euromediterránea de
Valencia no será una cumbre específica sobre Oriente Próximo, un
conflicto sobre el que no tiene «una visión optimista», y reiteró
su apuesta por un banco de desarrollo para la ribera sur del
Mediterráneo, región que necesitará «crear 40 millones de empleos»
en 10 años sólo para mantener su actual nivel de paro. Aznar negó
que la política europea de España se base en la reivindicación de
fondos comunitarios y destacó que Prodi coincide con él en la
importancia de cumplir el calendario de ampliación de la UE, sin
prejuzgar las futuras reformas de políticas comunes.
El proceso de la adhesión de nuevos miembros debe basarse
exclusivamente en el respeto al acervo comunitario y a la Agenda
2000 y en el grado de preparación de cada candidato, antes de
confiar en que la mayoría de aspirantes esté en condiciones de
ingresar antes del próximo año. Con esta base, Aznar se reunirá hoy
con el presidente de la Convención, el francés Valéry Giscard
d'Estaing. En el encuentro, Aznar le transmitirá la necesidad de
que los trabajos de la Convención tengan un enfoque «concreto y
realista», antes que embarcarse en cuestiona complejas como la
reforma de las instituciones europeas. «Damos la mayor importancia
a los trabajos de la Convención en la necesaria e inevitable
reforma institucional europea», precisó Aznar.
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