Gaspar Llamazares durante la reunión que mantuvo con Lola Liceras (CC OO) y Toni Ferrer (UGT).

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El coordinador general de IU, Gaspar Llamazares anunció ayer que tanto su formación, como el PSOE y las dos plataformas sindicales recurrirán el Decreto Ley del Gobierno al entender que la norma y su procedimiento de aprobación suponen «un atropello democrático». «Es un decreto 'de excepción' contra los derechos de los trabajadores, contra los derechos democráticos de los diputados, de los ciudadanos y contra la Constitución», afirmó Llamazares, al término de la presidencia federal extraordinaria de IU, en la que abordó la huelga general del 20-J junto a la secretaria confederal de Empleo de CC OO, Lola Licera, y el secretario de Acción Sindical de UGT, Toni Ferrer.

Los tres representantes coincidieron en criticar la falta de voluntad dialogadora del Gobierno con la aprobación de la reforma del subsidio por desempleo, medida que, a su parecer, lesiona los derechos de los trabajadores al acentuar la inseguridad y precariedad laboral. No obstante, Llamazares confió en «no tener que llegar hasta el límite de recurrir ante el Constitucional», y en que la iniciativa del Gobierno sea tratada mediante proyecto de ley en el Congreso, para que los grupos puedan presentar enmiendas.

Llamazares, que instó a los trabajadores a sumarse al paro general, señaló que la reforma «huele a franquismo», quiebra las garantías democráticas y amenaza la sostenibilidad del modelo de Estado de Bienestar, por lo que es necesario una respuesta masiva de la ciudadanía para «pararle los pies» al Ejecutivo que preside Aznar. Por su parte, el secretario de Acción Social de UGT, Toni Ferrer, estimó que no existen razones para justificar la adopción de la norma por «vía de urgencia», al tiempo que calificó el Decreto-Ley de «respuesta antidemocrática». La secretaria confederal de Empleo de CC OO, Lola Licera, hizo hincapié en la necesidad de divulgar los contenidos específicos de la reforma, por considerar que los ciudadanos aún no son conscientes de que sus efectos serán «directos».

Zapatero reiteró la oposición de su partido a la reforma laboral «con todas las consecuencias». El líder del PSOE instó al Gobierno a aceptar un debate televisado con los sindicatos sobre el «decretazo». Zapatero afirmó que el PSOE «no perdonará» al Gobierno por haber puesto en duda la voluntad de trabajo de los parados. Zapatero sentenció que Aznar «ha cometido un gravísimo error» al llevar al Consejo esta refoma «que abaratará despidos» y dará «más precariedad laboral», evitando el Parlamento por medio de un «decretazo». El presidente andaluz, Manuel Chaves, se refirió al «decretazo» como una «chulería» del presidente del Gobierno que constituye una «conculcación de la legalidad vigente».