La ministra española de Asuntos Exteriores, Ana Palacio, explicó
ayer a los responsables de la UE y la OTAN las razones de la
actuación de España en la pasada crisis del islote Perejil que
resumió en la «defensa del derecho y la legalidad». «En el asunto
Perejil, la causa de la actuación española está clara desde el
primer día, y no ha variado cuando estábamos fuera del islote,
cuando estuvimos en él, y ahora», aseguró la ministra en rueda de
prensa en Bruselas.
Dicha causa, explicó, «era la defensa de lo que es el concierto
de naciones civilizadas y de la resolución de diferencias a través
del diálogo y no por otros métodos». En una jornada maratoniana,
Palacio se entrevistó con el presidente de la Comisión Europea,
Romano Prodi, con el alto representante para la política exterior y
de seguridad de la UE, Javier Solana, y con el secretario general
de la OTAN, George Robertson, además de participar en los actos de
conmemoración del Tratado de la CECA.
A todos ellos agradeció el «apoyo» y solidaridad mostrados
durante el contencioso con Marruecos, país con el que -recalcó-
España es el primer interesado en mantener relaciones
«privilegiadas». Confirmó que lo primero que abordará con su
homólogo marroquí, Mohamed Benaissa, cuando lo reciba en Madrid en
septiembre, será de la vuelta de los embajadores a sus respectivos
destinos. «En la voluntad del Gobierno de España, y yo entiendo que
en la voluntad del Gobierno de Marruecos, está empezar a hablar de
todas las cuestiones, y la primera a mi modo de ver es el
restablecimiento del cauce lógico y necesario de diálogo para poder
abordar cuestiones sustantivas», dijo a los periodistas.
Respecto a su reunión con Robertson, que calificó de «visita
simbólica», explicó que le permitió dar las gracias al secretario
general de la OTAN por su toma de posición personal durante el
conflicto. En su conferencia de prensa final, la ministra española
dio a entender que España está dispuesta a hablar con Marruecos de
todas las cuestiones bilaterales. Pero respecto a Ceuta y Melilla
dejó claro que su españolidad está fuera de toda duda. Ceuta y
Melilla, explicó, «son territorio de la Unión Europea», mientras
que Gibraltar «no» lo es y está sujeto a descolonización.
La cuestión de Ceuta y Melilla «no se ha planteado», insistió,
en la reanudación del diálogo con Marruecos. Y si no se plantea «no
es porque España se cierre, no», sino porque «Ceuta y Melilla son
cuestiones indiscutidas en derecho internacional: Ceuta y Melilla
es territorio de la UE». Gibraltar «no es territorio de la UE; es
territorio sometido a descolonización, cuyas relaciones exteriores
corren a cargo de un estado miembro de la UE» (el Reino Unido).
Para España es indiscutible la españolidad de las dos ciudades
norteafricanas «desde el punto de vista de la tradición española
histórica y de la constitución en su sentido más profundo».
En el sentido, explicó, «no solamente jurídico, sino de
pertenencia; no porque esas ciudades, Ceuta y Melilla, nos
pertenezcan, sino porque nosotros, españoles, pertenecemos a esos
territorios, igual que pertenecemos a cualquier otro territorio que
configura España». Por otra parte, la ministra comparecerá hoy ante
la correspondiente comisión del Congreso para informar de las
relaciones entre España y Marruecos tras el incidente de
Perejil.
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