El presidente del Gobierno y del PP, José María Aznar, durante la reunión que mantuvo ayer la Junta Directiva Nacional del PP.

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El jefe del Ejecutivo, José María Aznar, abrió ayer la precampaña electoral acusando a la «coalición Llamazares-Zapatero» de ver como «mala noticia» que la guerra en Irak fuera tan corta y de haberse quedado «en pelota» y les advirtió de que no merece la pena todo lo que han hecho buscando «atajos» fuera de las urnas para llegar al poder.

«Algunos sólo saben predicar en el terreno del rencor y el enfrentamiento», dijo Aznar en alusión a la oposición, a la que tras referirse de nuevo en varias ocasiones como «la coalición Llamazares-Zapatero» acusó de creer que valía todo en su «ambición de poder». Tras lamentar que esos mismos líderes sean ahora los que acusan al PP de pretender «crispar» al país, les acusó de haber intentado «sobrepasar al Gobierno no por las urnas, sino por la presión de la calle, por las pancartas».

Aznar realizó esas acusaciones en su intervención ante los miembros de la Junta Directiva Nacional del PP, a los que instó a seguir trabajando para los comicios del 25-M y ante cuyos resultados expresó su convicción de que «algunos profetas se van a equivocar». Dijo estar convencido de que para «la coalición Llamazares-Zapatero» ha sido «una mala noticia» que la guerra en Irak haya sido tan corta, «porque esperaban un largo conflicto».

El presidente del Gobierno subrayó que esa estrategia no contaba con la unidad del PP frente a los intentos de división y de meterle «debajo de la mesa», ni con el hecho de que el «radicalismo tan extremo ha demostrado que tras la pancarta no había nada». «Ahora que se apaga el ruido y la polvareda», se preguntó qué es lo que va a quedar detrás de esas pancartas y de las movilizaciones de la oposición y si la «coalición Llamazares-Zapatero» va a seguir radicalizándose» y acercándose a posiciones puras del PC.