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OTR/PRESS-EFE
Gobierno y PSOE volvieron ayer a mostrar su más firme rechazo a la propuesta de libre adhesión a España del lehendakari porque constituye una ruptura de la convivencia. Juan José Ibarretxe detalló el viernes en el Parlamento Vasco las líneas generales de su plan, una exposición en la que propuso la apertura de un proceso negociador con el Estado sobre un nuevo Estatuto vasco, una negociación que, termine o no con acuerdo, concluiría con un referéndum, «en ausencia de violencia», en 2005. El PP fue ayer más allá y pidió al PSOE hacer un frente común contra el proyecto.

Desde el Gobierno, el portavoz y ministro de Trabajo, Eduardo Zaplana, aseguró que aunque el plan de Ibarretxe no tiene ninguna posibilidad de salir adelante, «si es cierto que nos resta energías porque tenemos que estar muy presentes en el debate político». Tras indicar que el planteamiento del lehendakari «aumenta la tensión», lamentó que el Gobierno Vasco haya elegido este momento para presentar su plan, cuando «el país va bien».

El secretario general del PP y candidato a la Presidencia, Mariano Rajoy, precisó que la propuesta del lehendakari es una «apuesta por romper la convivencia», ante lo que es «obligado» conformar una alternativa democrática al Partido Nacionalista Vasco, en referencia a hacer un frente común con el PSOE. Rajoy consideró también que la dilación en la presentación formal del plan supone que «se trata de esperar a ver si hay un gobierno central más débil» y que, ante semejante reto, es necesario transmitir a la sociedad la obligación de «defender la libertad, los derechos y las reglas del juego».