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EFE-SAN SEBASTIÀN
La organización terrorista ETA volvió a amenazar ayer a los empresarios mediante la comisión de un atentado en Irún (Guipúzcoa) contra la compañía de transportes Olloquiegui, al que se suma la remisión de nuevas cartas de extorsión, revelada ayer por el delegado del Gobierno en el País Vasco, Enrique Villar. El atentado ocurrió a las 5,20 de la madrugada de ayer en un aparcamiento de camiones próximo a la frontera con Francia, donde estallaron dos artefactos compuestos por un kilo de material explosivo en los bajos de sendos vehículos de la compañía navarra Olloquiegui, que se encontraban estacionados.

La empresa Olloquiegui sufrió un atentado similar en agosto del 2000, cuando dos bombas explotaron bajo sendos camiones de esta compañía estacionados en las inmediaciones del paso fronterizo de Behobia, en la misma localidad de Irún, en lo que ETA justificó meses después como una represalia por la negativa de esta sociedad a pagar el chantaje exigido por la organización.

Una de estas bombas originó un gran incendio que afectó a varios vehículos, por lo que el balance final del atentado, en el que no hubo heridos pese a que algunos camioneros dormían en las cabinas, fue de cinco camiones rígidos, seis semirremolques y una cabina tractora calcinados.

Se trata de la tercera ocasión en la que ETA atenta este año contra empresas del sector del transporte, tras el ataque a la empresa Azkar en Bedia (Vizcaya) el pasado mes de julio y el intento de atentado contra La Guipuzcoana en la localidad de Azkoitia (Guipúzcoa) el pasado 31 de julio. Tras conocer el atentado, el delegado del Gobierno, Enrique Villar, reveló que «hay una nueva campaña de ETA» consistente en el envío de «una importante remesa de cartas pidiendo el impuesto revolucionario» compuesta, según detalló, por más de 200 misivas.