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El presidente del PSC, Pasqual Maragall, tendió ayer la mano a ERC e ICV para alcanzar una mayoría de izquierdas que «dé luz a un gobierno catalanista de progreso», situando de esta forma la prioridad de los socialistas en un pacto de izquierdas de forma «clara, que no permite dudas ni interpretaciones». En cualquier caso, advirtió que el PSC «toma sus decisiones» desde Catalunya y que él está «al frente». «Que quede claro». Maragall dejaba así claras las preferencias socialistas con una declaración ante los secretarios de las federaciones socialistas, miembros de la ejecutiva del PSC y diputados electos.

El camino para la consecución de ese acuerdo pasa, según el líder del PSC, por «no estar dominados ni por estados de ánimo, ni por climas de opinión, algunos de ellos interesadamente inducidos, algunos que vienen de fuera también». Maragall planteó una negociación «con convencimiento, respeto y realismo» y aclaró que «las decisiones sobre el futuro de Catalunya se toman en Catalunya».

En su intervención, de poco más de diez minutos, Maragall señaló que Cataluña tiene una oportunidad «histórica» que «no se puede dejar pasar» y se manifestó «más ilusionado que nunca» para hacer efectivo su ansiado gobierno de izquierdas, que responda al «veredicto de la voluntad popular», a partir de un «pacto leal entre socios que nos reconocemos mútuamente en nuestra representación política, electoral y social».

«Que todo el mundo lo tenga claro», señaló, «las decisiones las toma el PSC. Conmigo al frente». «Personalmente pondré todo mi afán al servicio del objetivo de conseguir la mayoría parlamentaria» y apeló a los suyos emplearse a fondo «con las necesarias complicidades personales y colectivas». «Hará falta paciencia y firmeza, claridad y reconocimiento del nuevo punto de partida», añadió.