El acto se convirtió en un alegato contra la guerra de Irak, contra
la que se lanzaron consignas al principio y al final. La clase
política rindió su tributo a los que consideró «luchadores por la
libertad» por su batalla contra el régimen franquista. Las víctimas
lanzaron duras críticas al PP, el único partido que no quiso
sumarse al homenaje.
«No a la guerra». Este fue el grito que marcó el acto de
homenaje a las víctimas del franquismo. La periodista Rosa María
Mateo, encargada de conducirlo, comenzó recordando a los siete
agentes del Centro Nacional de Inteligencia que murieron en Irak el
pasado sábado. Todos los asistentes al Salón de Columnas del
Congreso guardaron un emocionado minuto de silencio que finalizó
con gritos contra la guerra. «¡Malditas sean las guerras y quienes
las hacen!», gritó uno de los represaliados en su intervención,
dando voz al sentir de los presentes.
Las proclamas contra el conflicto bélico se produjeron en el
cierre del acto, cuando los casi 500 asistentes posaron para una
fotografía en las escalinatas de la Puerta de los Leones del
Congreso de los Diputados. También hubo gritos de «Viva la
república» y «España mañana será republicana», e incluso se pudo
ver alguna bandera tricolor.
La ausencia del PP fue lo más criticado por todos los
asistentes. «Quizá somos naftalina, pero la naftalina sirve para
evitar que la polilla se coma la ropa», dijo Enrique, de la
asociación catalana de presos, recordando que con ese término los
populares despreciaron el homenaje. «Va siendo hora de que nos
conozcamos todos», dijo un portavoz de la asociación AMICAL del
campo nazi de Mathaussen, quien aseguró no echar en falta al
PP.
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