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OTRA/PRESS-MARRAKECH
El presidente del Gobierno, Jose María Aznar, llegó ayer a Marrakech, donde fue recibido con honores militares por las autoridades marroquíes. A continuación se entrevistó con el primer ministro, Driss Jettu, dando así inicio a la VI Reunión de Alto Nivel (RAN) hispano-marroquí, una cita pospuesta desde hace tres años y que pretende ser el inicio de la plena normalización de las relaciones bilaterales entre ambas naciones.

La cumbre entre Aznar y Jettu servirá para sellar definitivamente la plena normalización de las relaciones entre Madrid y Rabat, que en los últimos años se han visto salpicadas por numerosos incidentes, el más grave de ellos la crisis del islote del Perejil, en julio de 2002. En este sentido, el ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Mohamed Benaissa, considera que la resolución del conflicto del Sáhara occidental pasa necesariamente por el diálogo entre Rabat y Argel, por considerar que se trata de un conflicto «artificial» que es «en realidad un conflicto de orden sociopolítico con un país hermano y vecino».

El encuentro estuvo presidido por la voluntad de superar las dificultades pasadas, tal y como adelantaba el propio Aznar a la agencia oficial marroquí MAP. «Hemos conocido momentos de dificultades políticas. Pero es necesario que la voluntad de trascenderlas domine en todo momento», afirmó Aznar.

Entre las cuestiones en la agenda de la reunión figuran la lucha contra el terrorismo y la inmigración ilegal y el siempre conflictivo asunto del Sáhara occidental, origen en buena medida de la crisis diplomática protagonizada por Madrid y Rabat.

Para Marruecos éste sigue siendo un problema de soberanía e integridad territorial, mientras que España insiste en que aceptará cualquier solución que sea bien vista por las partes, incluidas Argelia y Mauritania.