Imaz afirmó que el PNV será una piña y defenderá un único
mensaje. Lo dijo al asegurar que tiene «clarísimo» que desea contar
con Egibar en la futura dirección. «Mi absoluta voluntad es la de
integrar a todas las personas, sensibilidades y territorios en un
proyecto común», dijo. «Vamos a trabajar necesariamente juntos y
además con ilusión y con ganas», añadió.
«No hay vencedores ni vencidos, nadie gana, nadie pierde», dijo,
analizando la votación que tuvo lugar este jueves e insistiendo en
que el triunfo en esa jornada ha sido de todo el partido, no de
personas ni de posiciones políticas. No quiso adelantar más
detalles sobre la política que seguirá, habida cuenta de que no
será oficialmente designado presidente del PNV hasta enero, aunque
sí dejó claro que el partido tiene «una posición única y común» en
relación a la violencia de ETA.
También fijó lo que será el «eje y tarea principal» de su
mandato al frente del PNV: «sumar fuerzas de cara a responder a la
responsabilidad que la sociedad nos está demandando», es decir
sacar adelante el nuevo Estatuto político que ha propuesto el
lehendakari, Juan José Ibarretxe. «Desde luego, este país tiene un
cosa muy clara, que este país lo tenemos que construir entre todos,
nacionalistas y no nacionalistas, en un proyecto de convivencia.
Ese es el objetivo de la propuesta del lehendakari».
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