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Nada más tomar la palabra, Mariano Rajoy aseguró que «no parece posible que el ministro de Interior tenga que detener al de Exteriores, porque vamos a ganar las elecciones. «Pero no sería la primera vez que algo parecido se hubiera producido en España, porque el ministro de Interior tuvo que detener al director general de la Guardia Civil en su día; pero eso ya es otra historia».

Rajoy aseguró que la oposición está conformando una coalición que puede llegar a ser «la verbena nacional» y subrayó que él sólo quiere una «coalición con los españoles» para garantizar un gobierno «estable y creíble».

Rajoy también apeló a los indecisos a quienes recomendó que, antes de votar, se pregunten quién tiene «mejor equipo y gente más preparada», «quién puede garantizar que la economía vaya bien» y otras preguntas similares antes de acudir a votar.

El presidente del Gobierno, José María Aznar, afirmó en otro acto que a «la gente normal» le conviene un Gobierno que no esté «atado de pies y manos por otros actores políticos». Aseguró que un Gobierno débil sólo puede interesar a quienes busquen «sacar provecho político y partidista». Y también advirtió contra un proceso de reforma o «cuestionamiento» de la Constitución, que, a su juicio, «traería problemas».