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El último balance de las víctimas ofrecido por el ministro del Interior, Àngel Acebes, de los atentados en Madrid, eleva el número de muertos hasta 199 y los heridos a 1.463, de los que 18 están en estado crítico, 38 muy graves, 40 graves y 698 han sido dados de alta. Entre las víctimas hay 24 extranjeros de 12 nacionalidades diferentes. El resto de los fallecidos son españoles.

Lo que en un primer momento eran cifras, poco a poco se van perfilando en verdaderas tragedias, especialmente para los que tuvieron como último destino el Pabellón de Ifema donde se depositaron todos los cadáveres. Jesús Martínez, uno de los voluntarios que colabora en la atención a las víctimas en este recinto, mencionó por ejemplo la situación de una mujer a la que se comunicó el fallecimiento de su marido, sus dos hijos, su hermano y un nieto.

La gravedad de las heridas por las explosiones en los trenes madrileños ha provocado el fallecimiento de muchos de los heridos, cuyo último balance asciende a 199. Entre ellos, sobresale el único niño, un bebé de siete meses de nacionalidad polaca que fue encontrado por uno de los efectivos policiales tirado en las vías.

Otra mujer intentó suicidarse tras saber que su hijo era una de las víctimas mortales. Otra mujer, María José Rivero, se acercó al pabellón de Ifema a identificar a su sobrina, de 25 años, que estaba casada desde hacía sólo tres meses.

En total el recuento de fallecidos asciende a 199, de los que 24 son extranjeros de 12 nacionalidades diferentes. Se han identificado 141 cuerpos. Según avanzó Acebes, hasta primera hora de la tarde se habían entregado 130 cuerpos a sus familiares, mientras que 20 tendrán que ser enviados al Instituto Anatómico Forense para proceder a su identificación. Los forenses han tenido que tomar muestras dentales de una treintena de cadáveres para proceder a su identificación.