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La rotunda oposición de ERC al decreto del gobierno catalán que regula la figura del jefe de la oposición ha provocado divergencias en el seno del tripartito, evidenciadas en un enfrentamiento verbal entre el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, y el portavoz del grupo republicano, Josep Huguet.

Asimismo, Pasqual Maragall subrayó que su margen de actuación no se limita a los acuerdos de gobierno del tripartito, mientras que Huguet sostuvo que, dentro de las medidas de «regeneración democrática» que impulsa el tripartito, «este tema no aporta nada».

El dirigente de CiU que estrenará el nuevo cargo, Artur Mas, dijo ayer que acepta que se institucionalice esta figura siempre que se haga con consenso y que sea aprobada por ley en el Parlament, mientras que ICV defendió el decreto y el PPC se opuso y pidió a Mas que lo rechace.

Mas anunció que, en cualquier caso, renuncia desde ahora mismo al sueldo equivalente a conseller que contempla el decreto «para que nadie pueda pensar que la actuación de CiU y la mía en particular dependen de una retribución del Departamento de Presidencia» de la Generalitat.

Las divergencias sobre esta cuestión entre PSC y ERC, socios en el ejecutivo catalán, han marcado la sesión de control al presidente de la Generalitat, en la que Maragall ha recordado a Josep Huguet que Esquerra forma parte del gobierno catalán y le ha dicho que confía en que su partido «no envidie a la oposición».

Huguet criticó duramente que el Gobierno decrete el reconocimiento de jefe de la oposición, y lo consideró una «alcaldada» del presidente, Pasqual Maragall, que «no ayuda a estabilizar el tripartito». Afirmó que nombrar esta figura «no está en el acuerdo tripartito» que le aupó a la Presidencia, y que «no se ha tenido presente que ERC no quería ese estatus» para el presidente del primer grupo de la oposición.